viernes, 30 de enero de 2009

PROTECCIONISMO CON SABOR A RANCIO

Han sido varias las apelaciones del Gobierno, la última de ellas del ministro de Industria, a consumir productos españoles. Este proteccionismo provinciano huele a rancio. A los tiempos del bocadillo de sardinas envuelto en papel de periódico. Señor ministro, hemos cambiado. Ahora compramos en grandes superficies, algunos por Internet, donde los envases están redactados en varios idiomas y tenemos que leer detenidamente la etiqueta para saber el lugar de fabricación, la sede del fabricante o el domicilio del distribuidor. Ahora los consumidores miramos las prestaciones que nos da el producto y, estos últimos meses, el precio. En lugar de estos arranques de patriotismo mercantil debería usted centrarse en lo importante: facilitar, por medio de reformas, la competitividad de nuestras empresas. Son las inversiones en infraestructuras e investigación, la simplificación de los procedimientos administrativos, la bajada de impuestos, la definición de nuestro mapa energético los que posibilitarán que tengamos mejores productos. Así venderemos más, dentro y fuera de muestras fronteras. Esperemos que a otros ministros extranjeros no se les ocurra entrar en este juego, ineficaz y peligroso, del proteccionismo de charanga y pandereta. Dejémonos de tonterías pasadas y patriotismos hojalateros señor ministro, ya que tanto odian la epoca de Franco, hagan el favor de no hacer cosas que se hacían en esa época (compre productos españoles).

JIV

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