Hace unos días ha salido en las
noticias que varios países de nuestro entorno están, supuestamente (y digo esto
porque creo que es conveniente analizarlo antes) reimplantando el servicio
militar obligatorio.
Los defensores de esta medida
arguyen hechos muy interesantes para su estudio. Señalan por ejemplo, el
aumento de las amenazas de determinados países, principalmente de Rusia, que
obligan a aumentar el gasto militar, y ellos mismos señalan que hay que
reimplantar el servicio militar debido a que hay que tener una masa de soldados
(aunque no sean profesionales) preparada por si acaso.
Otros señalan razones más espurias.
Que si los jóvenes necesitan disciplina, patriotismo o aprendizaje sobre la
vida.
Bueno, estimado lector, entiendo
que tendrá su opinión al respecto. Yo por mi parte, me declaro contrario al
servicio militar obligatorio, por diversas razones,
Primero. Los defensores señalan
que hay riesgos estratégicos que requieren la reimplantación del servicio
militar. Pues bien, su análisis es cuanto menos, falto de realidad. Me explico.
Estamos en el siglo XXI, siglo de
las nuevas tecnologías. Las guerras no se van a librar con tanques, soldados y
aviones. Por supuesto, un ejército básico de defensa es necesario, pero éste
puede ser profesional. Las guerras futuras se librarán en otros campos, y el
primero es el de la informática y las tecnologías de la información.
Por lo tanto, si hay que hablar
de lo que necesitamos, en todo caso, expertos en TIC e informática (hackers
principalmente): como ya se ha demostrado su efectividad en casos por todos
conocidos.
Segundo y siguiendo con la
argumentación anterior. Los defensores del servicio militar obligatorio ignoran
un hecho que debe ser analizado y estudiado en otros posts. Estas supuestas
tensiones son provocadas por los gobernantes y los Estados, que generan miedos
y odios entre nosotros; además de intereses de determinadas oligarquías en
estas tensiones.
Como sociedad debemos exigir a
nuestros gobernantes responsabilidades y ser suficientemente maduros para no dejarnos
arrastrar en tensiones absurdas que no conducen más que a nuestra propia
destrucción.
Tercero. Algunos argumentan que
es necesario tener un conocimiento básico del uso de las armas y del
funcionamiento de las fuerzas armadas. Yo he conocido a gente (por familia y
amigos) que han hecho el servicio militar y han utilizado armas anticuadas
(como fusiles de cerrojo o antiguos fusiles de asalto dignos de museos). Por no
hablar de hacer jueguecitos de guerra para que el sargento o el furriel de
turno se luzcan o se emocionen.
En cuanto a otros aspectos como
preparación física, en fin, creo que hay otros lugares muy interesantes para
hacer ejercicio. Pistas verdes, gimnasios, etc…
Y en cuanto al funcionamiento del
ejército o su historia, se puede enseñar en los colegios o en los medios a través
de reportajes.
Cuarto. Se insiste en argumentar
que el servicio militar era de gran valor porque a los jóvenes, se les
inculcaba disciplina, amor a la patria y aprendían a vivir por si mismos fuera
del ámbito familiar. Pero, estimado lector, convendrá en que todo esto puede
enseñarse en otros ámbitos: en casa, colegio, internados, campamentos de
verano, intercambios,...: y con mucha más utilidad créeme.
Hay determinados valores que
deberían enseñarse en casa y es responsabilidad de los padres o tutores legales
de los menores de edad (y no el Estado a través del servicio militar) el que
debe enseñarlos. Si uno no quiere enseñar o educar a sus hijos, pues
sinceramente, que no los tenga. La sociedad y mucho menos el Estado, no deben
ser responsables de su educación como personas.
Quinto. Se argumenta o se señala
que es un hecho interesante el tener el servicio militar, porque se crean
vínculos con otros jóvenes de otros lugares, vínculos que no se olvidaban nunca
por aquello de que hicieron la mili.
Pues hombre, esto se hace en los
campamentos de verano o en los programas de intercambio.
Sexto. Los defensores del
servicio militar se olvidan de algo que en otras circunstancias hacia que el
servicio militar fuera una salida muy buena. España, hasta los años 90 el
ámbito rural era muy, pero que muy pobre, no solo por un elevado índice de
analfabetización, sino de pobreza y escasez material. De hecho muchos de los
pueblos (incluso de alrededores de Madrid) en los años 70 cuando llegaban al
cuartel, las camas y la comida eran un lujo: se presumía que era la primera
comida caliente.
En otras palabras, el servicio militar
era un alivio para muchas familias, pues permitía a los jóvenes salir del ámbito
rural (y cuando digo rural es rural, sin agua, luz ni medios para subsistir).
Lo siento, pero no soy defensor
(nunca lo he sido) del servicio militar obligatorio, que, por otro lado, no es
más que una excusa para mantener ocupados a los cabos y sargentos a la hora de
dar caña a los reclutas, y hacer que hacen algo, por así decirlo.
Ahora bien, lo interesante era la
llamada prestación social sustitutoria. Que era una fuente de voluntarios para
ONGs bestial. Ahora son voluntarios pero como si fuera un propio trabajo.
En esta vida hay que ser
coherente. Yo no he hecho la mili, y no me parecería coherente defender su
reimplantación. No me gusta obligar a chavales de 17/18 años a hacer algo que yo
no estoy dispuesto a realizar.
En todo caso, estoy dispuesto a
aceptar un servicio militar forzado para determinados casos. Como son los
Ni-Nis, Eso sí: que al menos escojan entre servicio militar o ayuda social.
Por último, la alternativa es
utilizar al ejército como una verdadera profesión. Donde la soldada tenga su
futuro y los oficiales tengan su prestigio. Un ejército profesional, bien
formado y con capacidad para enfrentarse a cualquier amenaza. Ése es el futuro.
JIV
No hay comentarios:
Publicar un comentario