A finales de la semana pasada, se
produjo un hecho, a mi juicio insólito y digno de ser analizado en futuros
tratados de sociología e incluso de política y derecho.
Como el lector podrá sospechar,
no se trata de otra cosa sino de la sentencia de "La Manada". Ha
habido mucha polémica al respecto. Demasiada decepción.
Lo ocurrido es lo que el juez de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Eugenio Raúl Zaffaroni define como
criminología mediática (que da nombre a este post). En una serie de números y
artículos publicados en "Pagina 12" (una publicación argentina que
pueden consultar: https://www.pagina12.com.ar/especiales/archivo/zaffaroni_cuestion_criminal/17-24.la_cuestion_criminal.pdf)
.
En estos artículos sitúa ese
concepto como uno de los fenómenos habituales en los Estados donde la prensa,
la opinión pública y el poder político se han dejado seducir por el populismo
más ramplón, rancio, simple e incluso peligroso y han convertido los sucesos
más truculentos en una fuente de
derecho. Es la "Ley de la calle" como también he oído señalar.
Los jueces deben dictar las sentencias conforme al sentido de la calle (o sea
que "la calle" es fuente de derecho).
Textualmente cito lo siguiente
que Zaffaroni nos dice: “Los políticos
desconcertados no advierten que la criminología mediática es extorsiva y que frente a una
extorsión nunca se debe ceder, porque cada vez el extorsionador exigirá más y las concesiones no harán otra
cosa que fortalecer su método (…) Pedirán entonces pena de muerte, expulsión de
todos los inmigrantes, demolición de los barrios precarios, desplazamientos de
población, castración de los violadores, legalización de la tortura, reducción
de la obra pública a la construcción de cárceles, supresión de todas las
garantías penales y procesales, destitución de los jueces, etc.”.
Y, aunque en algunos aspectos
discrepo, no le falta razón.
Esta digamos extorsión se
practica, pues da unos pingües beneficios a sus promotores. Muchas veces, los
políticos se amoldan o se achantada ante esta extorsión, pues les da miedo la
impopularidad. Como en el caso de Ausbanc y su impuesto revolucionario (https://www.vozpopuli.com/espana/Ana_Patricia_Botin-Ausbanc-Luis_Pineda-Extorsiones-Bancos-Santander-extorsion-bancos-Banco_Santander_0_920008019.html).
O como nuestro propio presidente
del gobierno, cuando pese a un momento de incertidumbre económica, con la deuda
desbocada y con Bruselas echándole el aliento, decide subir las pensiones por
encima del IPC para calmar a la calle.
Así también es lo que se puede
deducir de la actitud del Ministro de Justicia (que es el Notario Mayor del
Reino) cuando este lunes ha sugerido ante los medios que quizá el juez que emitió el voto particular del
caso de 'La Manada' no está
en plenitud de facultades.
¿Estoy defendiendo a los acusados
en este proceso? En absoluto. Es un acto execrable y que merecería el máximo
castigo y quizás (aunque eso sea contrario a lo que defiende Zaffaroni). Estoy
criticando la labor de algunos medios y de supuestos periodistas que, al buscar
el aplauso fácil, hay que recordarles que el derecho a la defensa no puede ser
cuestionado cuando convenga a la calle o a los espectadores.
Asimismo, este periodismo de
nuevo cuño ha renunciado a respetar la presunción de inocencia. Muy
especialmente determinados canales de Atresmedia y Mediaset. De las palabras de
la presentadora Cristina Pardo, de la Sexta podemos deducir que el próximo paso
sea exigir una reforma legar que permita juicios sumarísimos sin abogado defensor
y que el juez sea la propia turba. Citando textualmente a la citada
presentadora: “Señor letrado, ¿pensaría lo mismo si fuera su hija?”. La bajeza
es preocupante.
Como siempre, y otra vez, la
telebasura ha vuelto a ser irresponsable en un caso que debía haber sido más técnica
que demagoga. Pero qué estoy diciendo, si siempre ha sido así. Dando altavoz a
los ruidosos y minimizando un debate serio, sobre lo complejo que entraña
aplicar la norma penal en determinadas situaciones. Así se puede ver en el artículo
escrito por María Peral (https://www.elespanol.com/espana/tribunales/20180428/folios/303349665_13.html)
referente en información judicial que esta jauría mediática ignora. Emprendiéndola
contra el tribunal, porque no ha
resuelto conforme al veredicto del pueblo, independientemente de si rebasan o
no los límites de la ley.
Señores, bienvenidos a la posverdad.
Declaraciones de políticos
arguyendo manías personales o problemas psicológicos es cuanto menos, obsceno. Y
es peor como los propios legisladores (que son los que crean o perfeccionan las
leyes) la emprenden contra los jueces vulnerando el principio de separación de
poderes. Declaraciones del Ministro de Justicia, del PSOE y Podemos en este
sentido que se unen a las del líder de la formación naranja, Rivera, el cual
dijo que respeta y acata (como no podía ser de otro modo estimado Albert), pero
que como padre le cuesta entenderla. ¿Estas son declaraciones de alguien
llamado a regenera España? ¿Tomará las decisiones en función del interés
general o como padres? Este tacticismo es deleznable, y no es la primera vez.
Este ha sido un caso que a mí me
ha indignado el tratamiento. Se puede ser de una ideología u otra. Pero
alimentar la agitación sin atender a las consecuencias es algo que nos debería
hacer reflexionar. Atresmedia y Mediaset, son de lo peor de lo peor en estos
casos. Y ya si nos metemos con la prensa digital que sale gracias a su afán por
mantener a la sociedad en estado de ansiedad, dañino, destructor e insostenible
a largo plazo.
Lo siento, pero no es de recibo
que en la televisión aparezcan personas afirmando, textualmente que "la
sentencia de un caso de violación en grupo condena a la pena de muerte a todas las mujeres. Pues
evidentemente es falso.
Y tampoco que se busque el
aplauso fácil presionando a un abogado, que, por cierto, lo único que hace es
hacer su trabajo, que no es otro que el de defender a sus clientes, como no podía
ser de otro modo.
Lo siento, pero el borreguismo es
algo que no va conmigo. Y mucho menos si ni siquiera se ha leído y analizado
completamente el objeto de toda la crítica.
Y así nos va.
JIV
P.D.-
1) El primer caso de violación en
grupo se produjo en 1979 y la condena fue ejemplar, a mi juicio, 14 años de
prisión. Aquí dejo el enlace del diario La Razón:
2) Esta es otra manada que no ha
recibido todo el tratamiento mediático que se merece. Porque claro, la
nacionalidad o el origen de los delincuentes sí que importa y claro, no vamos a
ser racistas verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario