ELECCIONES 25-M

 

 

Dentro de menos de 48 horas llegará la hora de la verdad para Andaluces y Asturianos. Sin embargo, también es la hora de la verdad para el Gobierno, pues supone “un plebiscito” a sus reformas impulsadas desde que han llegado al Gobierno (algo no le negaré a este Gobierno frente al anterior: al menos están haciendo reformas).

Todas las encuestas apuntan a que el PP rozaría la mayoría absoluta en Andalucía y que en Asturias, el partido de Álvarez Cascos podría gobernar si pacta con el PP. Pero en los dos casos el PSOE sufre una debacle, imputable especialmente en Andalucía no solo a los casos de corrupción (que de por sí son bastante clamorosos y escandalosos) sino también a 32 años de Gobierno cuyo balance es el siguiente: la mayor tasa de paro de toda la Unión Europea (31%), el mayor índice de corrupción (Marbella, EREs y demás cosas que todavía no han salido a la luz) de toda Europa, y están a la cola del fracaso y abandono escolar, hacen de esta comunidad el hazmerreír del país y de la Unión. Cuya única solución es un cambio drástico de capitán. 

No obstante, yo no lo tengo nada claro. Pues el clientelismo y la costumbre de esta comunidad son algo ya asentados. La gente vota al PSOE como costumbre, al igual que cuando cortas un filete para comértelo, es algo inherente: en vez de introducir el filete en la boca, tomas una papeleta y a la urna. Ese es el miedo, que al final, termine gobernando el PSOE con IU (pues el pacto está muy claro en caso de no tener mayoría absoluta) a pesar de lo mal que lo ha hecho (pues lo poco que se ha hecho en Andalucía no ha sido gracias al PSOE, sino gracias a los Fondos Europeos: AVE, autopistas, aeropuertos y demás infraestructura).

Los datos avalan un cambio que espero que los andaluces tengan madurez para tomar la decisión correcta. 32 años de gobierno de un mismo partido no es sano, es una dictadura.

En Asturias mejor no comento. La pantomima efectuada por Cascos puede costarle el gobierno y darle un triunfo (improbable pero no imposible) al PSOE.

Y así nos va.

JIV