viernes, 19 de junio de 2009

HA MUERTO UN GRAN HOMBRE

Vicente Ferrer pasará a la historia junto con la madre Teresa de Calcuta, como una persona de bien cuyo objetivo en la vida no era otro que tratar de ayudar a los demás haciendo el bien. Falleció la pasada noche a consecuencia de un agravamiento de su estado de salud a los 89 años de edad. Una dura pérdida para la humanidad de hoy, tan necesitada de referentes morales de verdad (y no cristianos ronaldos no kakas ni otros por el estilo).

Pues bien, el 9 de abril de 1920 nacía en Barcelona, en el seno de una familia acomodada y burguesa. Vivió la experiencia implacable de la Guerra Civil Española. Fue llamado a filas republicanas cuando sólo tenía 17 años. Después de la guerra, Ferrer comenzó sus estudios de Derecho con un ideal fijo en la cabeza, y que le acompañaría durante toda su vida, poder ayudar a los demás. Dejo los estudios, se ordenó jesuita (por lo que el apodo de santo laico carece de fundamento) y se hizo misionero.
En 1952 llegó a la India con el objetivo de completar su formación espiritual y, rápidamente, entró en contacto con los más pobres, volcándose en iniciar su propia guerra: la guerra contra la pobreza y el dolor.

Su labor constante con los campesinos despertó la ira de la clase dirigente, que en 1968 le expulsaron del país. Pero el apoyo era recíproco ya que se había ganado con su trabajo diario el respeto de miles de personas. A sólo dos días de tener que abandonar el país, más de 30.000 campesinos recorrieron 250 kilómetros dándole su apoyo. A su vuelta, gracias al apoyo de Indira Gandhi, sólo un estado indio estuvo dispuesto a acogerle: Andhra Pradesh. Se instaló en una tierra inhóspita y paupérrima, Anantapur, donde algunos políticos siguieron obstaculizándole el camino.

Lejos de rendirse, en 1970 Vicente Ferrer fundó Rural Development Trust (RDT), una organización para contribuir al desarrollo de Anantapur. Ese mismo año, el misionero abandonó la Compañía de Jesús y se casó con una periodista inglesa, Anne Perry. El abandono no vino por discrepancias religiosas sino por que quería romper su voto de castidad al casarse, para evitar escándalos, para que vean como este hombre de buena voluntad siempre trató de hacer el bien (otro argumento en contra de la tesis de santo laico).

Fue en 1996 cuando creó su propia fundación, la Fundación Vicente Ferrer, con la intención de dar una continuidad económica a su importante labor humanitaria en la India. En 1998, sus esfuerzos fueron reconocidos con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Y fue un firme candidato al Premio Nobel de la Paz (¿Cuántos han recibido este premio sin merecerlo y cuantos no lo han recibido que lo merecían con creces?).

En fin, vaya fin de semana. Con la muerte de este gran hombre y del atentado terrorista de esta mañana, estoy verdaderamente consternado. Pues tengo que reconocer que siento una gran admiración por la Compañía de Jesús y por otras órdenes religiosas como los agustinos, por su gran labor misionera y de ayuda a los demás (Además porque estudié en un colegio de agustinos y en la universidad pontificia de comillas, que es de la compañía de Jesús).

JIV

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