martes, 13 de noviembre de 2012

NO A LA HUELGA

Mucha gente considera lógico apoyar la huelga de mañana. Yo no. Creo que es un suicidio colectivo que no nos podemos permitir. Me explico.
 
Desde un punto de vista político es un error. Los políticos no están para secundar huelgas, y mientras, seguir chupando del bote. Políticamente los sindicatos están muertos y no tienen razón de ser.
Además, en este blog ya se ha puesto de manifiesto la necesidad de tener una ley orgánica que regule el derecho a huelga. Como señala el art 28.2 “Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”. Como derecho fundamental exige ley orgánica, en virtud del art 81, “son Leyes orgánicas las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueben los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución”. La exigencia viene atribuida en el art 52 cuando señala que “los derechos fundamentales vinculan a todos los poderes públicos. Sólo por Ley, que en todo caso deberá respetar su contenido esencial, podrá regularse el ejercicio de tales derechos y libertades”.
Pero nuestros gobernantes, como siempre, hacen de la Carta Magna de su capa un sayo, pasándosela por el forro de las narices.
 
Desde un punto de vista económico es un suicidio. Con una tasa de paro del 25% de la población activa, exigir y obligar (ver piquetes informativos) al 75% restante a secundar una huelga, es suicida y puede constarnos muy caro. Según estimaciones el coste de la huelga es de 4.500 millones de euros. Con lo que habrá que añadirlos a futuros ajustes.
Todo gracias al ejercicio irresponsable por parte de unos denostados sindicatos que no representan ni a un 20% de la población activa.
 
Desde un punto de vista sindical es un fallo táctico y estratégico. Los sindicatos con cuyo silencio han apoyado la desastrosa política laboral del anterior gobierno, y por tanto corresponsables de este desastre, y deberían hacer lo mismo o desaparecer; pues han fracasado en hacer lo que fueron concebidos para ello, defender los intereses de los trabajadores. Teniendo en cuenta que sólo representan a una pequeña parte de la población laboral activa en este país es bastante hipócrita su actuación y la huelga carece, por tanto, de representatividad.
 
Además, para mí está claro que lo que subyace es el recorte en un 20% de las subvenciones del Estado a los sindicatos. A los sindicatos el paro siempre les ha traído al pairo, lo que quieren es dinero, dinero y dinero para sostener su tinglado (más gastos).
 
Esto es lo que hay. Y así nos va.
 
JIV

No hay comentarios: