miércoles, 23 de septiembre de 2015

VUELTAS Y MÁS VUELTAS

Pues sí queridos lectores, uno está ya muy quemado del asunto catalán, que sencillamente estoy hasta los mismísimos. Pero voy a tratar de resumirlo en unos cuantos párrafos (y ya aviso de que no voy a ser muy optimista al respecto).


El problema del nacionalismo regional viene de hace mucho. En concreto de la propia Constitución del 78 que, a pesar de no fijar un número determinado de Comunidades Autónomas (al hablar solo de "regiones históricas"), se diseñó un esquema territorial y una Ley Electoral para dar alas al nacionalismo en todo el país.

Felipe González (PSOE) tuvo tiempo de cambiar este despropósito, pero no lo hizo. Jose María Aznar (PP) agravó la situación al ceder competencias vitales como la sanidad o la educación (esta última clave para la manipulación nacionalista). Zapatero (PSOE) abrió la caja de Pandora al prometer cosas que no se podían prometer (acuérdense del estatut). Y Rajoy, un cobarde, que ha desperdiciado una mayoría absoluta histórica para revertir la situación, dejando que la bola independentista se hiciera más y más grande.

Tras casi cuarenta años de nacionalismo rampante en Cataluña, al que se le ha permitido hacer de todo, al que se ha favorecido en todo (el caso Pujol empezó en los 80 y se cerró el caso por presiones políticas) y frente al que se ha cedido todo, la sociedad catalana, tan culta y tan inteligente está lobotomizada. Lavado de cerebro puro y duro: en los colegios, en las televisiones autonómicas y en las radios. Con un objetivo, España es el enemigo, todo lo español es malo, los catalanes somos víctimas oprimidas de España, les mantenemos o nos roban, son ejemplos de las mentiras vertidas en estos años, aceleradas desde que el gobierno de Aznar les cedió las competencias en educación.

El propio Fútbol Club Barcelona (més que un club es su lema) lleva años siendo el brazo político-deportivo de los nacionalistas. Y, sin embargo, hay extremeños, andaluces y madrileños (por ejemplo) que son del Barsa. Esto indica el grado de degradación al que ha llegado el españolito medio.

Por último, España es tan débil y está postrada gracias a los dogmas del PSOE, los complejos del PP y sobre todo, gracias a la mansedumbre del españolito medio, que ha renunciado a llamar Cataluña a Cataluña. Quizá acabaremos llamando Espanya a España.


Pues ya está. En el 27S los declarados finalmente independentistas van a ganar las elecciones (si estimados lectores, eso me temo). Aunque creo que no se declararán independientes. No porque no se atrevan, sino porque quieren sacar más tajada del acomplejamiento del resto de los españoles, obligando a Madrid a rediseñar España una vez más. Exigirán y obtendrán (como siempre han hecho) beneficios fiscales, inversiones estratégicas e infraestructuras.

Todo lo demás es una cortina de humo y ruido.

Y así nos va

JIV

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