HIPOCRESÍA (i)

Los nazionalistas vascos, en un alarde de hipocresía (superior al de la Iglesia, por cierto), hace unos días, señalaban que Monseñor José Ignacio Munilla (tocayo mío por cierto) no podía ser obispo de San Sebastián. La razón es que si fuera así, «sería muy negativo» para la Iglesia, pues no es lo suficientemente vasco para el PNV.

¡Vaya hombre! No sabía yo que ahora cabían excepciones al principio de igualdad que propugna el art 14 de la Constitución. Es decir, que, no les basta con que naciera en San Sebastián en 1961, que fuera párroco de Zumárraga durante 16 años y que hable el vascuence (esa lengua gutural) a la perfección. Además, en los últimos tres años ha desempeñado una decente labor como obispo de Palencia. Pero huy! Que cosas tiene la vida. Le falta un solo detalle, monseñor Munilla, que es vasco por los cuatro costados, no es nacionalista (¿será acaso socialista o pepero?).

Pero la cosa no queda ahí, sino que encima esta “gentuza” se prepara para boicotear el nombramiento.

Hay quien me critica por ser un poco “facha” (algún amigo mío me ha dicho que cualquier día me invitan los de Alianza Nazional). Pero, ante este tipo de situaciones esperpénticas (propias de un país de fábula como decía la zarzuela) uno no puede reaccionar de otra manera. ¿Cómo? ¿Encima pretenden que de mi beneplácito? Pues me temo que va a ser que no.

Por otro lado, se critica que en este blog no critique al Partido Popular. Es esta una falacia. Pues aunque es muy cierto que mis críticas más elocuentes se las lleva el Gobierno del señor Zapatero, no es menos cierto que también he criticado al Partido Popular, y sobre todo al señor Mariano Rajoy (ver entradas anteriores como la del 15 de noviembre, o la del 15 de octubre, o la del 13 de octubre criticando los abucheos a zapatero por parte de exaltados, y algunas otras). Pero es que tengo que criticar al gobierno, pues es quien gobierna y quien establece los impuestos que tenemos que pagar (aunque luego sea otro quien lo recaude). Y además, yo no los voté, por lo que no tengo por que callarme sus “cagadas” e incompetencias. Y muchas de las críticas son contrastadas por los propios datos dados por el gobierno a través de sus organismos (instituto de estudios fiscales, Eurostat, y otros) y también de periódicos como elPaís.

Lo dicho, si alguien no le gusta leer un blog de una persona que se define como de centro-derecha moderado católico (habrá muchos que me llamen hipócrita, pero que se miren al espejo o “quien esté libre de pecado que tire la primera piedra”), pues no lo lean, nadie les obliga a hacer lo contrario (este es un país libre, con libertad de expresión, o al menos eso creía yo que era).

JIV