No queridos lectores. No se trata de una broma. Esto es algo muy serio.
La semana pasada la prensa afín al gobierno (Público, elPaís, que desgraciadamente se lee en mi casa) se despachó a gusto con el líder de la oposición sobre una entrevista que había sido realizada por la misma prensa afín al gobierno. Tales acusaciones iban encaminadas a la posición favorable de Rajoy a las reformas de Cameron. Curiosas críticas del gobierno con cifras récord de desempleo, con el mayor recorte social en la democracia. Pero las consignas, como la orden del día en los cuarteles y los argumentos sociatas están hechos para ser sustituidos por otros sin necesidad de justificación previa. El otro día El País abría su primera con una foto que a la ministra de Sanidad le habrá parecido planetaria (se acabó el idilio Obama): dos líderes jóvenes, vigorosos y deportistas aunando sus esfuerzos entre las islas y el continente, a ambos lados del Canal de la Mancha. O sea, David Cameron ha pasado de ser el pernicioso inspirador de la agenda oculta de Rajoy al corresponsable de la lucha contra la crisis en la vieja Europa.
Pero vayamos a otro punto. La actuación criminal del gobierno dictadorzualeo de Marruecos y el silencio de nuestro gobierno (y de la comunidad internacional, la misma que es la primera en condenar a Israel por actos de defensa propia).
Ante la gravedad de los hechos del Aaiun, con muertos y heridos, incluso con un español muerto (y que pueden ser más), las palizas a activistas españoles, la expulsión de periodistas, las manifestaciones organizadas por el gobierno marroquí en las fronteras de Ceuta y Melilla con connotaciones de antifeminismo, y un largo etcétera; parece que España todo lo aguanta en aras de una amistad con mal amigo (aunque con amigos como éste, para qué se necesitan enemigos). Según Zapatero, los intereses del Estado van por delante de los derechos humanos y no se puede emitir condena alguna. Curiosamente, lo contrario que con la memoria histórica y con la política de apoyo a Garzón en la persecución de ciertas dictaduras sudamericanas. Es lo que tienen los argumentos socialdemócratas, que es compatible defender una posición y con los mismos argumentos, la contraria.Ya lo decía Maquiavelo, la moral para el diplomático florentino, radica en los fines; todo lo que atente contra el bien común debe ser rechazado y por ello "la astucia, la hábil ocultación de los designios, el uso de la fuerza, el engaño, adquieren categoría de medios lícitos si los fines están guiados por la idea del bien común", noción que encierra la idea de patriotismo.
La semana pasada la prensa afín al gobierno (Público, elPaís, que desgraciadamente se lee en mi casa) se despachó a gusto con el líder de la oposición sobre una entrevista que había sido realizada por la misma prensa afín al gobierno. Tales acusaciones iban encaminadas a la posición favorable de Rajoy a las reformas de Cameron. Curiosas críticas del gobierno con cifras récord de desempleo, con el mayor recorte social en la democracia. Pero las consignas, como la orden del día en los cuarteles y los argumentos sociatas están hechos para ser sustituidos por otros sin necesidad de justificación previa. El otro día El País abría su primera con una foto que a la ministra de Sanidad le habrá parecido planetaria (se acabó el idilio Obama): dos líderes jóvenes, vigorosos y deportistas aunando sus esfuerzos entre las islas y el continente, a ambos lados del Canal de la Mancha. O sea, David Cameron ha pasado de ser el pernicioso inspirador de la agenda oculta de Rajoy al corresponsable de la lucha contra la crisis en la vieja Europa.
Pero vayamos a otro punto. La actuación criminal del gobierno dictadorzualeo de Marruecos y el silencio de nuestro gobierno (y de la comunidad internacional, la misma que es la primera en condenar a Israel por actos de defensa propia).
Ante la gravedad de los hechos del Aaiun, con muertos y heridos, incluso con un español muerto (y que pueden ser más), las palizas a activistas españoles, la expulsión de periodistas, las manifestaciones organizadas por el gobierno marroquí en las fronteras de Ceuta y Melilla con connotaciones de antifeminismo, y un largo etcétera; parece que España todo lo aguanta en aras de una amistad con mal amigo (aunque con amigos como éste, para qué se necesitan enemigos). Según Zapatero, los intereses del Estado van por delante de los derechos humanos y no se puede emitir condena alguna. Curiosamente, lo contrario que con la memoria histórica y con la política de apoyo a Garzón en la persecución de ciertas dictaduras sudamericanas. Es lo que tienen los argumentos socialdemócratas, que es compatible defender una posición y con los mismos argumentos, la contraria.Ya lo decía Maquiavelo, la moral para el diplomático florentino, radica en los fines; todo lo que atente contra el bien común debe ser rechazado y por ello "la astucia, la hábil ocultación de los designios, el uso de la fuerza, el engaño, adquieren categoría de medios lícitos si los fines están guiados por la idea del bien común", noción que encierra la idea de patriotismo.
Es curiosísimo que quien defiende los intereses del Estado, aún por encima de los derechos humanos, no es otro que Zapatero. Sí, el que, con tal de permanecer en el Poder, se amigue con nacionalismos extremos que persiguen la desaparición del Estado y por ende la antitesis de la razón de Estado. Incongruente, ¿verdad? Desgraciadamente así es, razón por la cual el prestigio de nuestro país, en lo político y en lo económico, está en mínimos; todo lo que consiguieron anteriores presidentes ha quedado en saco roto en unos años por la actuación de este tipejo. Si Maquiavelo levantase la cabeza, seguro que reescribiría su obra para poner a Zapatero como ejemplo gráfico de lo que nunca se debe ser ni hacer.
Si Zapatero fuera el seleccionador nacional de fútbol, ya lo habríamos despedido (y de una buena patada). Lamentablemente, solo somos un país patriótico-deportivo.
Si Zapatero fuera el seleccionador nacional de fútbol, ya lo habríamos despedido (y de una buena patada). Lamentablemente, solo somos un país patriótico-deportivo.
JIV
P.D.- La amistad es una cosa que no precisa de la estupidez ni de la mansedumbre de ninguna de las partes, pues los amigos son iguales entre sí. España necesita tener buenas relaciones con Marruecos, eso no lo pongo en duda. Pero España es la puerta física de Marruecos a Europa y por mucho apoyo político que Marruecos tenga de Francia y EEUU, no puede permitirse un vecino molesto como España. Por lo que estamos condenados a entendernos; el talante, no puede consistir en andar por el mundo pagando rescates a piratas y terroristas y tolerando lo intolerable de reyezuelos feudales y dictadores caribeños, que además, nos ponen la cara roja cada vez que pueden. Porqué no se callan, como dijo alguien.
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