
No obstante, hay que observar los datos de uso del transporte público para tratar de buscar el origen al problema. Pues bien, el número de pasajeros que utilizaron el transporte aéreo interior subió un 1,6% en 2010, mientras que los que usaron el AVE-Larga distancia se redujeron un 3,9%, según datos difundidos este jueves por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El AVE como medio de transporte no es sostenible a largo plazo con la tarifa de precios que RENFE cobra a los usuarios. Por mucho que se hable de comodidad, y tiempo, los precios de avión son mucho más competitivos (sobre todo los del puente aéreo). Además, el problema del AVE es que para que sea rentable requiere un número mínimo de viajeros por línea de al menos 5 millones, y el AVE tiene poco más de 7 millones de viajeros en total (sumando el Madrid-Sevilla, Madrid-Valladolid, Madrid-Toledo, Madrid-Málaga, Madrid-Valencia y Madrid-Barcelona). Por lo tanto, la inversión en líneas de alta velocidad es una inversión muy costosa que, aunque reduzca algo los efectos de la contaminación, de por sí no puede tomarse como una medida medioambiental y tampoco como una mejora real de nuestra red de transportes, al menos a medio plazo.
Esto no acaba aquí, señores. El transporte urbano descendió un 0,3% durante el pasado año respecto a 2009. En concreto, el transporte metropolitano registró una subida del 0,5%, mientras que el transporte urbano por autobús bajó un 0,8%. Durante el pasado año, el total de usuarios de transporte público registró un descenso del 1,1% respecto a 2009. Por tipo de transporte, todos los modos registraron tasas medias negativas en 2010. Aunque en la Comunidad de Madrid, el transporte metropolitano se mantuvo prácticamente invariable (con un leve incremento del 0,5%) respecto al año pasado. El metro de Madrid fue el único que experimentó un descenso. Con respecto al autobús urbano, registró un descenso del 0,8% en el conjunto del año. La larga distancia se redujo considerablemente durante el año pasado. El uso de autobuses interurbanos cayó un 4,4% y el transporte ferroviario un 3,9%. La media distancia aumentó un 1,1% en el transporte por autobús, pero descendió un 2,4% en el tren.
Es preciso preguntarse por qué la gente usa menos el transporte público. Ello se debe a que el transporte público en las grandes ciudades españolas, sobre todo Madrid y Barcelona, es caro, poco cómodo y a veces lento (sobre todo en cuanto al tiempo de espera). El transporte privado tiene ventajas, comodidad, rapidez (aunque no siempre claro), estatus social, y te da mucha más libertad. Los defectos son claros, a veces genera estrés (atascos), la gasolina es cara (aunque los bonos transporte y los billetes de metrobús de 10 viajes no son precisamente baratitos), contamina y es causa de accidentes de tráfico (Al menos indirectamente)
En conclusión, ya tenemos posibles orígenes a priori para tratar de solucionar el problema, tanto a largo plazo como a corto plazo. Las cuales se verán, queridos lectores, en un próximo post. Continuará.
JIV
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