A raíz del aniversario y celebración de la muerte de
Cervantes y su obra culmen de la literatura española, me parece más adecuado
hablar de ciertos asuntos que en algunos sectores en España o en países
sudamericanos se tiende a la idea de que, desde la educación primaria, se
enseña que los pueblos inca o aztecas fueron conquistados, que los españoles
saquearon y robaron. Todo ello provoca además de una desconfianza y odio hacia
lo español y un complejo de culpa por nuestra parte. Y va siendo hora de
quitarnos la venda y estar orgullosos de nuestro pasado (al igual que hacen
ingleses o franceses con su respectiva historia).
Ahora bien, eso funciona porque es más fácil explicar una
versión de la historia que no es del todo cierta (ocultando algunos aspectos de
estas civilizaciones precolombinas de manera intencionada), cuando no está
totalmente falseada. Estas son las peores mentiras que se dicen acerca
españoles que llegaron a Mesoamérica, que derrotaron a las civilizaciones:
1) Los españoles les
conquistamos.
Debemos de entender que los hispanoamericanos no son
descendientes de los aztecas, incas y demás pueblos precolombinos, sino la
mezcla entre europeos y los pueblos indígenas. El decir que la palabra "conquistaron"
funciona porque es cómodo, en lugar de decir, nuestros antepasados (los
españoles y los pueblos indígenas que posteriormente se mezclaron en cuerpo y
alma con todo lo que venía de Europa) vencieron a las civilizaciones arcaicas y
formaron un país, una nueva cultura, una nueva esencia y un nuevo individuo.
Algunos todavía nos echan la culpa de sus males (cuando sus propios antepasados
indígenas no eran mejores).
2) Los españoles
destruyeron la armonía que había en los pueblos precolombinos.
Esa imagen del pueblo azteca feliz comprando y vendiendo
productos a un lado de los basamentos y templos enormes, todos felices y en
armonía, con un emperador sabio y bondadoso. Pero la realidad es bien distinta
ya que Tenochtitlán que tenía poco más de 100 mil habitantes dominaba más de 10
millones de indígenas de otras tribus a los que les tenían en una condición
peor que la esclavitud (¿se puede estar peor que un esclavo? ¡Sí, sí se
puede!): los obligaban a pagar tributos permanentes, a trabajar y entregar los
productos alimenticios necesarios para la subsistencia del imperio, a pelear
por ellos en las guerra de nuevas conquistas, a entregar periódicamente
personas para el sacrificio y consumo humano (algunos dirán que miento, pero es
que las verdades duelen). Es decir, eran considerados más bajo que un objeto
porque un objeto se cuida o se le saca provecho, mientras que a las tribus
sometidas se les disponía sin ni siquiera interés pecuniario, ya que morían por
distintas causas sin que les causara algún tipo de remordimiento. Ante esa
realidad, se levantaron 150 mil indígenas al lado de 400 españoles, por mucho
que algunos les duela.
3) Los españoles no
nos trajeron nada más que muerte y explotación.
La mentiras anteriores se sustentan en que los españoles
rompieron esa armonía a cambio de nada. Independientemente de la cultura,
idioma, religión y tecnología que llevamos los españoles, todo en el fondo, es
una fusión de ambas culturas, la gastronomía, arquitectura, medicina, las
bebidas, la música, la raza, las tradiciones. Si eso es nada, entonces
necesitamos un nuevo idioma para expresarnos.
4) Los españoles
asesinaron a los indios.
Esta es la favorita de
los indigenistas: los europeos trajeron muerte y desolación. Entender que si
bien hubo una mortandad tremenda a causa de dos brotes de viruela que hubo por
ejemplo en México (1519 y 1571) que diezmaron de manera importantísima la
población indígena, éstos fueron accidentales y producto del contacto con los
europeos, pero la propagación se dio entre los indios, no a propósito, pues de
hecho, dichas epidemias provocaron que se instalaran los primeros centros
médicos para atender a la población, la cual no tenía anticuerpos para dichas enfermedades.
Cabe mencionar, que los indígenas tenían también
enfermedades propias desconocidas en Europa y que estas no atacaron a los
españoles. Puede que la explicación esté en la genética.
Así pues la realidad es que la guerra de conquista fue
básicamente entre pueblos indígenas dirigidos por Cortés, y después de ella,
vinieron las epidemias circunstanciales e incontrolables, pero de eso, a que
los españoles mataran a los indios, está muy lejos.
5) A América se vino
lo peor de España y que sólo odiaban a los indios.
La realidad es que se vino de todo, desde el peón hasta el
estudioso. El ejemplo más claro es el propio Hernán Cortés quien era un
estudiante de derecho y un erudito (recordemos que al año de estar en suelo mesoamericano
ya dominaba el náhuatl), y fue tal su amor por esta tierra que su última
voluntad fue que lo enterraran en Nueva España. En su legado dejó una fortuna
para la construcción del Hospital de Jesús en la ciudad de México (en cuyos
muros están sus restos), antes de morir, consiguió del rey Carlos V una ley
para que prohibiera que la
Inquisición juzgara a los indígenas y su esclavitud, además
que la primera guerra de independencia la hicieron sus hijos mestizos en 1567.
Ese es el odio que le tenía Cortés a esa tierra (y así se
pueden enumerar muchos europeos, desde virreyes hasta sacerdotes que amaron y
protegieron esta tierra, como Fray Bartolomé de las Casas, por ejemplo).
JIV
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