Nos encontramos ante un ambiente
preelectoral. El gobierno va en caída libre y si aguanta es puro milagro.
En este ambiente nos encontramos
con el debate de las pensiones.
El partido morado (es que me
resisto a llamarle por su nombre) registró una propuesta para que el presidente
del gobierno saliera a explicar los planes para garantizar las pensiones.
Todo esto en un debate provocado
por ellos mismos y por el PSOE (presentando propuestas irrealistas, absurdas e
inútiles), de manera interesada, haciendo hablar de los medios y manipulando a
los pensiones (aunque algunos se dejan manipular).
Qué fuerte que sobre un tema muy
delicado y sobretodo complejo y que había un consenso (al menos relativo),
salte de esta manera y se tergiverse y deforme.
Rajoy no eludió el combate, pero
a mi juicio no lo hizo bien. Claro que esto no es una novedad.
Es muy complicado argumentar al
ciudadano medio de que no se pueden subir las pensiones porque no hay dinero
suficiente. Porque algunos creen que es una excusa. Tal y como está el tema si
se quiere garantizar la sostenibilidad de las pensiones estas no se pueden
tocar. Así de simple.
Nuestro sistema de pensiones es
de reparto no proporcional. Es decir, los jubilados más modestos cobran más de
lo que aportaron como trabajador activo, debido principalmente al incremento de
la esperanza de vida (pues antes la esperanza de vida después de jubilado era
de 15 años, ahora es de 25).
Pero lo peor no es esto, es que
si los sueldos actuales son por término medio más bajos, las pensiones futuras
también serán menores.
Siento mucho tener que decir esto
y dar un jarro de agua fría a muchos, pero me temo que no es posible que las
pensiones suban como la inflación. Pues el problema radica en que esa fórmula
es anticuada y en la pasada crisis se demostró que es ruinosa. El lector se
preguntará cual es la razón de esto. Pues es muy simple. Porque los momentos de
inflación elevada, pueden coincidir con crisis o épocas de dificultades macro.
Para explicarlo mejor, pondré un
ejemplo.
En 2008, el sector de la
construcción (que era uno de los de mayor importancia) tenia un convenio
colectivo en el que tenían garantizadas una subida salarial de más de un 4% por
año. Claro. Como era un sector en bonanza todo era subir y subir.
¿Qué pasó? Pues lo que todos
conocemos. Que el mercado de la vivienda se desplomó y las empresas tuvieron
que despedir a parte de sus plantillas ante la imposibilidad de afrontar las
alzas comprometidas.
A partir de tal momento, los
agentes sociales (que son patronal y sindicatos) acordaron que los incrementos
deberían guiarse por la productividad o crecimiento, pero no por el IPC.
Se preguntará el lector que
empresa está a día de hoy en condiciones de garantizar que sus salarios
evolucionarán con el IPC. Pues me temo que ninguna.
Irene Montero (la querida del
Pablo Iglesias) acusa al PP de que dilapidar la hucha de las pensiones. Esto es
una de las grandes mentiras jamás contada. Me explico.
El Fondo de Reserva de la
Seguridad Social es el Fondo que se constituyó con los superávits de la misma
(en su momento había más cotizantes que pensiones y gastos).
¿Qué pasó? Pues muy sencillo, la crisis y la nefasta
política económica de Zapatero, provocó que el desempleo en este país alcanzara
cotas cercanas al 30 %.
¿Y eso que tiene que ver con el
fondo de reserva? Pues tiene que ver, pues esta hucha se sufraga con las
cotizaciones de los trabajadores. La única garantía de sostenibilidad de las
pensiones es el crecimiento del empleo (esto Zapatero no lo entendió).
Para esto es fundamental tener
saneadas las cuentas públicas y el déficit. El gasto en pensiones se lleva casi
el 40% del presupuesto anual, que deberá financiarse vía impuestos, pues las
reservas están a punto de agotarse.
Si aplicamos el IPC el déficit se
duplicará en los próximos años y será difícil de sostener a largo plazo. Lo que
puede provocar esto lo desconozco pero con la experiencia anterior de pérdida
de confianza, huida de inversiones y altas tasas de paro nos lo podemos
imaginar.
Lo que pretende el líder del PSOE
es electoralista y potencialmente destructiva para el bienestar de la
ciudadanía. Es volver a repetir los errores de su predecesor, coautor de la
mayor crisis de la economía española.
Pero entonces, se preguntará el
lector, como es posible que se esté reabriendo el debate.
Sencillo.
El año 2019, es el año en el que
entra en vigor el factor de sostenibilidad. Esto es un factor que se introduce
teniendo en cuenta la esperanza de vida media. Tal factor supone una reducción
de algo menos de un 1% de las prestaciones. Pues como la esperanza de vida es
mayor este factor de sostenibilidad reduce la prestación para alargar su
viabilidad.
Esto fue una decisión consensuada
en el Pacto de Toledo, con todas las fuerzas políticas, patronal y sindicatos.
Pero en esos momentos, la formación de Irene Montero no tenía representación y
no participó en las conversaciones.
Entonces, ahora se pretende la
supresión del factor de sostenibilidad. Su supresión supone la quiebra del
sistema de pensiones en pocos años si no se incrementan las cotizaciones o la
vida laboral o se financia con impuestos.
Pero ojo, que sufragar las
pensiones con impuestos no es la solución, pues el Estado debe responder a otro
tipo de demandas en los próximos años como será el incremento del coste de la
financiación (los tipos de interés subirán sí o sí, muy a pesar de la deuda
pública, que ya roza el 100% del PIB) o a mejora de la financiación autonómica
(como pueden ser las zonas levantinas).
Es cierto que las cotizaciones
han subido. Pero éstas son insuficientes para sufragar unas pensiones que
crecen a una tasa del 3% anual y que son más caras en término medio.
¿Solución? Pues alargar la edad
de jubilación. Si vamos a vivir más años, deberemos trabajar más. Solución que
es muy impopular.
Parece ser que gracias a las
presiones del PNV (supuestamente para conseguir algún favor a la hora de la aprobación
de los presupuestos), el factor de sostenibilidad no entrará en vigor en 2019.
Quizás no lo hará nunca, con un PP cada vez más acomplejado por los asuntos de
la calle, que ya no es capaz ni defender a su propia gente.
Lo mejor de la reforma de pensiones
desaparece. Esta claro que lo que se quiere es una quiebra acelerada del
sistema de pensiones. Salvo que vuelva la cordura, cosa que dudo, pues estamos
ante un estado de manipulación-agitación de difícil superación.
Y así nos va,
JIV
P.D.-
Aquí dejo unos links muy
interesantes.
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