miércoles, 22 de febrero de 2012

SINDICALISTAS DEL SIGLO XXI


El sindicalismo en sus orígenes se basaba en la lucha de clases, como todo ideario socialista-marxista. Pero enmarcado en el reconocimiento de unos derechos: salario justo, jornada equilibrada, riesgos, atención médica (los seguros de empresa), pensiones, etcétera.

Todos estos derechos ya se han reconocido. Entonces, ¿Para que están los sindicatos? Pues queridos lectores, para nada. Me explico.


Los economistas subrayan su papel nefasto en la creación del empleo en España. Pues, la labor de los sindicatos es hacer que la oferta de trabajo sea rígida, lo que significa que el empresario tiene dos opciones: o contratar a más personal y bajar el sueldo o no contratar a nadie; o bien, despedir a gente y mantener el sueldo o bajar el sueldo a todos. Los sindicatos, en su maravillosa labor actual del siglo XXI consiguen que el empresario no contrate a nadie o bien que despida agente a costa de mantener los salarios.
Misión cumplida. Se ha protegido el derecho al salario. Pero ¿Y el derecho al trabajo?

Este es un derecho denostado por los propios sindicatos. Uno no tiene derecho y obligación a/de trabajar (lo que implícitamente lo consideran un privilegio), sino que uno tiene derecho y obligación de cobrar un sueldo. Todo derechos, ninguna obligación.
Maravillosa labor de los sindicatos eh?

En resumidas cuentas, los sindicatos protegen al que ya está trabajando, no al parado o desempleado (esto es lo que se denomina la teoría de los insiders y outsiders). Por lo que a ellos no les aflige la cifra de 5 millones de parados (siendo el señor Corbacho quien dijo que ni por asomo la cifra llegaría a 4 millones).


¡Qué tiempos aquellos en los que lo sindicalistas recibían subvenciones del gobierno a cambio de su silencio! ¡Qué tiempos aquellos en los que se estaba peor de crucero o de consejero de una Caja de Ahorro y ahora se está defendiendo, supuestamente, los interese de los trabajadores!
¡Qué tiempos en los que el Gobierno asumió la huelga y ahora los que estaban en el mismo la jalean!
¡Qué cosas pasan en este país en donde la oposición del principal partido no tiene conciencia de Estado!

Ahora resulta que ¡Eureka! Los sindicatos en España existen y hablan del paro como un problema propio. Curioso, pero que muy curioso (y antes no eh?). La hipocresía de la izquierda española es algo que no me deja de sorprender. Pero en todo.

Ya desde un punto de vista personal, me voy a fijar brevemente en la figura del secretario general de UGT, José Ricardo Martínez. El Gran Hipócrita.

Este señor, condena a la banca, pero cobra un sueldo millonario como consejero en una entidad financiera. Reclama una educación pública de calidad, pero prefiere llevar a sus hijos a un colegio privado. Exige que no se hagan recortes de personal en las administraciones públicas pero despide sin miramientos a 40 trabajadores del sindicato en cuanto se reduce el ritmo de las subvenciones, precisamente, de los gobiernos a los que critica. Y, ahora, aplica las mismas reglas de la reforma laboral que luego denuncia en las manifestaciones.

El doble rasero de este señor es bien conocido pero ahora es a sus propios compañeros a quienes rechinan los dientes cuando se trata de ajustar el presupuesto del sindicato. El propio José Ricardo reconoció hace poco que había «mucha hostilidad» con el comité de empresa de UGT debido a la necesidad de ahorrar en gastos de personal. De hecho, ayer aprobó sólo por un voto toda una batería de recortes de plantilla para ahorrar un millón cien mil euros, según informó la Cadena Ser. Las medidas estarán vigentes durante 20 días y, de no alcanzarse el objetivo de ahorro, UGT-Madrid aplicará un expediente de regulación de empleo temporal.

El nivel de vida del líder de UGT Madrid levanta ampollas entre sus compañeros del sindicato. Este personaje, que ha liderado las manifestaciones por la enseñanza pública, tiene escolarizados a sus hijos en el colegio privado Ramón y Cajal de la capital. Además, reside en un chalet valorado en algo más de medio millón de euros. Esta es la hipocresía de la izquierda en España: los pijopogres.

Y así nos va.

JIV

1 comentario:

Tòfol dijo...

¿Que esperas?, son sindicatos verticales, traídos por sus partidos PCE y PSOE, no nacen por voluntad de los trabajadores, sino que se constituyen de arriba abajo, primero llega el sindicato y después empieza a buscar trabajadores que lo sustenten, o sea, al revés.

Si a ello le sumas que viven del erario público, y que entre sus fines está la lucha de clases, poco interés van a tener por los trabajadores, excepto claro está, las apariencias para justificar su existencia, y sobrevivir.

Ahora lo tienen mal, porque al negociar las empresas con los trabajadores directamente, el concepto de CENTRAL SINDICAL, deja de tener validez, y además corren el peligro de que nazcan pequeños sindicatos de tipo corporativo y local preocupados tan solo por la calidad de sus empleos (estilo SEPLA). Esto es lo que les preocupa, lo de los despidos es solo una excusa para esconder la verdadera causa de tanta movilización.

No es broma

TÒFOL