jueves, 12 de abril de 2012

LA VÍA FÁCIL


Ante el contexto (económico-político) en el que nos encontramos, el Gobierno tenía dos alternativas.
Por un lado, tenía la opción de hacer reformas de calado profundo que supongan una refundación del Estado Autonómico y nacional: eliminación de duplicidades, de algunos parlamentos autonómicos, devolución de competencias al Estado y cesión a los municipios de ciertas competencias, reforma educativa de gran calado, mejora en la gestión publica de los recursos escasos de los que disponemos, incluso una gran reforma constitucional si fuese preciso; además de otro tipo de reformas: código penal (corrupción, terrorismo y otros delitos sangre graves), reforma del senado, reforma del sistema de pensiones, …. (Pues el problema de este país no es sólo el económico-financiero).
Por otro lado, la opción fácil, que consiste en poner simples “parches” al Estado para que aguante el chaparrón como pueda y ya cuando estemos en mejores tiempos, ya se tratará de hacer algo. Es decir, la paradoja de la “patada hacia delante” o pasar la patata caliente. El problema del uso excesivo de esta vía (pues el gobierno de zapatero también la utilizó), es que como el balón se convierta en piedra o estalle la patata, tendremos un serio problema. Y creo que estamos muy cercanos a que estalle la patata, pues este país ya no puede funcionar así. O se hace algo más serio o vamos a estar con la soga al cuello apretándonos pero bien (al final acabaremos saliendo del euro, y si no, al tiempo). 


Rajoy ha optado por lo "fácil", es decir no ha entrado a arreglar los grandes problemas económicos, y políticos de nuestro país y los que lo desangran sin remedio, que son ni más ni menos que el despilfarro de nuestras administraciones públicas, ayuntamientos, cabildos, consejos, diputaciones, comunidades autónomas, veguerias, mancomunidades y demás instituciones despilfarradoras. Ya que todas ellas cobijan a cientos de miles de enchufados, metidos a dedo, políticos que no quieren incorporarse al mundo laboral real, incluidos políticos del PP.
¿Y cuanto cuesta la bromita al españolito pringao (que paga sus impuestos religiosamente)? Pues sencillamente, nos cuestan unos 20.000 millones de euros anuales. Por lo que ya sólo con su recorte se tendría para pagar la mitad del déficit estatal.


El segundo talón de Aquiles, es el fraude fiscal, éste cifrado en unos 70.000 millones, reduciéndolo, al menos, a la mitad, se pagaría todos los intereses anuales de la deuda y sobraría para no tocar las pensiones e incrementar nuestro gasto en investigación, desarrollo e innovación. Es una barbaridad y una vergüenza para el contribuyente que paga sus deudas con el fisco, que en pleno siglo XXI, país considerado “moderno” admita tamaño fraude y que, encima, nos parezca normal o imposible de controlar el fraude y por eso lo perdonamos.
Pero, ¿Como va a ser imposible de controlar si se sabe hasta lo que se defrauda, por parte de la Agencia tributaria? ¿No será que no hay voluntad política?
El lector, avezado ya en mi opinión acerca de la política y los políticos de este país, puede presumir lo que hay detrás. Detrás se esconde también financiación encubierta de partidos y “favores” a empresarios “colaboradores” con los partidos.


El tercer pilar de los problemas, es la evasión fiscal. La agencia tributaria estima que la cantidad evadida (ojo, que no defraudada) es de 250.000 millones de euros. Esto nos sitúa al nivel de Burkina Fasso, el Congo o cualquier país hispanoamericano. 


Y el cuarto pilar, y último pero no menos importante, la educación. Sí la educación. España tiene hoy uno de los peores sistemas educativos de la OCDE, y, por si fuera poco, con un aumento alarmante de desigualdades educativas entre las Comunidades Autónomas. Todo ello causado por la reforma progresista efectuada en los años 80 que ha conducido a esta debacle en el sistema educativo español.
Para mejor ilustración de este problemón adjunto el link a un blog muy interesante al respecto:
Y así nos va.

JIV

P.D- Un problema adicional que nadie se ha dado cuenta es que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social invierte ya en torno al 90% de su dinero en deuda pública española, según un comunicado oficial del Ministerio de Trabajo. Según sus datos, se trata de un récord al dedicar ya 59.088 millones, lo que representa el 89,76% del total. Esto puede suponer un problemón si el Estado tuviera problemas para hacer frente al pago de la deuda.
Debido a lo que en finanzas se denomina riesgo de concentración, puede suponer una quiebra del sistema de pensiones en caso de default de la deuda española.
¡Menuda patata caliente! Y lo mejor de todo es que nadie se ha dado cuenta (o casi nadie).

P.D.- Y ahora van los argentinos a robar nuestras inversiones. ¡No somos nada! A ver como responde Rajoy en su primer envite de política internacional.

1 comentario:

Tòfol dijo...

Hay economía sumergida porque se obliga a los negocios de bajo rendimiento económico, que solamente generan para el sueldo del titular, a pagar una seguridad social y unos impuestos indirectos que no se pueden pagar, también hay chorizos, por supuesto.

Estoy de acuerdo en acabar con la economía sumergida, pero primero habría que modificar la legislación para que quien anda por ahí haciendo reparaciones con una furgoneta, se le cobren 500€ de seguridad social y otro tanto de módulos, cuando solo gana 1500 al mes. Si tiene que pagar tiene que cerrar, o sea un parado más.

Parece una tontería, pero eso es el 80 o el 90% de la economía sumergida, si se termina con ella, se añadirían un millón mas de parados a los actuales. El Gobierno lo sabe, y corre por hay un informe de la Inspección de Hacienda en la que se advierte de ello.

Solo con que los impuestos se aplicasen como prescribe la CE, el problema se acabaría.