sábado, 11 de abril de 2015

PENSAMIENTO ECONÓMICO (IV)

17) ¿Los mercados crean monopolios? ¿Qué debería hacerse al respecto?
 
Si la historia del capitalismo nos enseña algo es que tiende a la concentración empresarial. Con cada vez menos empresas estableciendo los términos, el resultado son unos precios cada vez mayores combinados con unos salarios cada vez más bajos. Los sindicatos y las leyes antimonopolio han tenido éxito en alguna medida en evitar esto, pero ninguna de estas instituciones va lo suficientemente lejos para contrarrestar la tendencia hacia el monopolio dentro de los parámetros del mercado. Debemos también poner en tela de juicio la idea de que la competencia por sí misma debería ser un objetivo político. Las más de las veces, es socialmente derrochadora y un eslogan repetido por los monopolistas para justificar su comportamiento explotador. El ideal debería ser la cooperación entre todos y una economía verdaderamente democrática. (Socialista)
 
El mercado tiende a generar monopolios de diversos tamaños y tipos. A las empresas no debería permitírseles ejercer el poder del monopolio en la fijación de precios. Ello puede ser detectado mediante varias fórmulas comparando los costes con el precio final de acuerdo a un modelo de competencia perfecta. Puede que los monopolios geográficos ya no sean tan importantes como lo fueron antaño debido a los avances en tecnología de transportes. Hoy nos enfrentamos a una variedad de monopolios tecnológicos, tal como muestra el ejemplo de Microsoft. Aún así, es necesario que los reguladores estén al tanto de las empresas que hacen uso del poder de mercado enriqueciéndose a expensas del consumidor. La competencia requiere intervenciones rigurosas. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)
 
Los economistas de la Escuela Clásica llevaban razón al definir un monopolio como un privilegio otorgado por el gobierno, puesto que conseguir derechos legales para ser el productor preferido es la única forma de mantener un monopolio en el mercado. La fijación de precios predatorios no puede mantenerse a largo plazo y ni siquiera el intento debería ser lamentado puesto que es muy beneficioso para los consumidores. Los intentos de formar carteles suelen fracasar; cuando no, sirven una función de mercado. El término “precio de monopolio” no tiene sentido efectivo alguno en los mercados reales, que no son fotografías instantáneas en el tiempo sino procesos de cambio. Una sociedad de mercado no necesita leyes antimonopolio en absoluto; de hecho, el Estado es la auténtica causa de los monopolios que quedan hoy en la educación, la legislación, los tribunales y otras áreas. (Escuela Austriaca)
 
La regulación contra los monopolios ha causado más daños que beneficios al proteger algunos competidores en particular, no a la competencia. Algunos tipos de regulación contra los “trusts” se basan en modelos erróneos que no consiguen comprender que algunas empresas ganan cuota de mercado meramente por lo deseable de sus productos a los consumidores. La mayoría de casos citados de “dependencia histórica” resultaron ser falsos. ¿Qué pueden hacer los reguladores? Como dijo Adam Smith, deberían evitar que la conspiración empresarial y el comportamiento descaradamente predatorio, así como asegurar un terreno de juego que sea tendente a la competencia genuina. Finalmente, algunos bienes son mejor proporcionados por monopolios, por ejemplo, los tribunales y la defensa. (Escuela de Chicago)
 
 
18) ¿Cuál es la función de la igualdad y la desigualdad?
 
El actual énfasis en la igualdad es un gran avance político del último siglo. El sistema político y económico ya no excluye de la participación a las mujeres y a las minorías sino que las incluye por ley. Estos grupos tienden a ser artificialmente infravalorados por la “mano invisible” del mercado, y este es el motivo por el que hay una función a desempeñar por las leyes antidiscriminación y de acceso público. El Estado del Bienestar, también, ha beneficiado a la sociedad al asegurar que los beneficios de la creciente riqueza se repartan por toda la sociedad, para que así los ricos no se hagan más ricos a expensas de los pobres. Hemos recorrido un largo camino, pero aún nos queda un largo camino por delante. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)
 
La igualdad es un término que se ajusta a las matemáticas pero no a las ciencias sociales. Los seres humanos son desiguales en sus talentos, oportunidades y voluntad de conseguir cosas. Desigual no significa superior o inferior; significa meramente distinto. Las diferencias son, precisamente, el origen de la división del trabajo y, en el mercado, no llevan al conflicto sino a la cooperación. Si bien las diferencias deben ser celebradas, cada propietario tiene pleno derecho a tratar a las personas desigualmente porque son los propietarios los que cargan con la responsabilidad. Los legisladores, en cambio, no deberían preocuparse en lo más mínimo por crear la igualdad de resultados o de oportunidad, ya sea entre grupos o en entre individuos, clasificándolos según el criterio que sea. La igualdad sólo debería tener lugar ante la ley, que debería tratar a todos los individuos por igual sin prestar atención a las circunstancias de su vida. (Escuela Austriaca)
 
La desigualdad es una característica intrínseca de una estructura social que está embarrancada en los excesos perjudiciales arrastrados por la larga y vergonzosa historia de la manera en que la sociedad occidental ha tratado a las mujeres y a las minorías. El impulso perjudicial, arraigado en el espíritu de conquista que dio luz al capitalismo occidental, es una forma de violencia y sigue formando parte de la corrupta infraestructura de la propia economía de mercado. Si se dejara actuar libremente a los propietarios del capital, los grupos excluidos permanecerían así a perpetuidad; es por este motivo que la sociedad tenía que actuar para pararles los pies. La plena igualdad seguirá eludiéndonos mientras tengamos una sociedad que trata a las personas como mercancías que pueden ser compradas y vendidas y mientras pongamos la propiedad privada de unos pocos por encima del interés común de todos. (Socialista)
 
Es un gran error hacer de la igualdad de resultados un objetivo político porque la legislación igualitaria puede acabar con los incentivos a mejorar. Castigar a los ricos es contraproducente, incluso para los pobres que intentan abrirse camino. La igualdad de oportunidades, en cambio, es diferente. Es algo que todo el mundo merece por su propia dignidad como ser humano. Así, una nación debería esforzarse por conseguir instituciones educativas de calidad, establecer un impuesto sobre la herencia limitado y asistir a aquellos que, sin que sea culpa suya, carecen de los medios para entrar en la división del trabajo. Una vez establecidas estas instituciones, nos encontraremos con que las fuerzas de la competencia del mercado conseguirán objetivos igualitarios por medios predominantemente voluntarios. (Escuela de Chicago)
 
 
19) ¿Cuál es su opinión respecto al libre comercio y la globalización?
 
El comercio internacional aumenta los niveles de vida mediante la productividad facilitando la especialización. Una mayor especialización y división del trabajo aumentan la productividad del trabajo. La globalización también permite mejoras en los mercados de bienes y la organización de la producción. La difusión del capitalismo global es clave para el desarrollo económico sostenible en todo el mundo. Temas como el daño medioambiental giran entorno a la aplicación local de los derechos de la propiedad, no a la difusión del capitalismo global. La globalización es buena tanto para los consumidores en el mundo desarrollado como para los trabajadores en los países en desarrollo. (Escuela Austriaca)
 
La internacionalización económica ha tenido tanto efectos positivos como negativos. El libre comercio y la globalización pueden aumentar la productividad y aumentar el bienestar de los consumidores. Pero las multinacionales explotarán a los trabajadores y al medioambiente en muchos lugares a menos que algunas autoridades las regules y trabajen en pos de la harmonización legislativa y fiscal. Necesitamos una legislación detallada por las autoridades mundiales para evitar los efectos negativos del comercio internacional. Un gobierno mundial que ejerciese tales responsabilidades sería muy beneficioso para la humanidad. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)
 
La globalización navega bajo la enseña del libre comercio pero en realidad es un vehículo para la explotación de los consumidores y los trabajadores. Las multinacionales que no pueden encontrar mercados en sus países de origen explotan a los trabajadores de países en desarrollo pagándoles salarios cercanos a los de subsistencia. Esto daña, además, a las culturas indígenas y lleva a una mercantilización de las personas. El impulso por obrar así surge de la naturaleza de las naciones capitalistas que, inevitablemente, experimentan tasas de beneficio decrecientes. El único remedio a estos males de la globalización es la abolición del propio capitalismo. (Socialista)
 
El libre comercio tiene efectos positivos pero requiere algún apoyo público. La especialización laboral y la inversión en capital por parte de las multinacionales aumenta la productividad y los niveles de vida. Sin embargo, necesitamos un gobierno mundial mediante la Organización Mundial de Comercio que provea las condiciones legales y financieras, tales como las leyes de transparencia y la protección de los derechos de propiedad intelectual, si es que vamos a desarrollar las ventajas de la cooperación económica mundial. Se requieren algunas instituciones públicas a nivel mundial para que el comercio internacional y la globalización funcionen en para beneficio de todos. (Escuela de Chicago)
 
 
20) ¿Cuál es la función de la bolsa?
 
El mercado de valores puede desempeñar una función positiva en la sociedad, pero está también sujeto a olas de frenesí especulativo y al abuso, las más de las veces por parte de las grandes instituciones que se aprovechan de los inversores menores. Esto puede llevar a la sobrevaloración de algunos valores, al uso de la información privilegiada y otras prácticas que benefician a unos pocos ejecutivos, agentes financieros y grandes inversores a expensas de los inversores menores. Los jugadores grandes pueden y de hecho manipulan el sistema en beneficio propio, y este es el motivo por el que la legislación estatal de los mercados de valores puede y debe enfrentarse a estas prácticas mediante multas severas, límites al salario de los ejecutivos, informes y auditorias obligatorias así como auditorias de control de los estados financieros. Las autoridades públicas son vitales para el buen funcionamiento de los mercados financieros. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)
 
El mercado de valores constituye una parte vital del proceso por el cual coordinamos la producción. Los precios del mercado de valores reflejan la productividad de las empresas así como los criterios empresariales referentes a la productividad futura. La competencia en los mercados de valores nos permite verificar el valor de la inversión real. Las absorciones, fusiones y la información privilegiada están injustamente mal vistas porque estas prácticas representan la competencia real. Sin mercados de valores, la coordinación racional de la producción de la sociedad moderna sería imposible. La legislación estatal no puede mejorar el funcionamiento de los mercados de valores porque es el mercado el que más directamente nos informa sobre el mejor uso de los recursos. (Escuela Austriaca)
 
El mercado de valores representa los intereses de una clase social improductiva. La clase inversora se beneficia del trabajo de otros, mientras enreda al público con inversiones fraudulentas. La especulación bursátil, el uso de información privilegiada, las absorciones y las fusiones desestabilizan la economía. Las adquisiciones financieras concentran el control de los medios de producción en las manos de unos pocos. Los mercados alcistas no producen riqueza real y son, en realidad, burbujas financieras. Estas olas de especulación bursátil llevan a pánicos financieros que distorsionan la producción de riqueza real. Lo que necesitamos no son más centros financieros de altos vuelos sino más trabajo del común a nivel local encaminado a fines comunes. (Socialista)
 
El mercado de valores ayuda a alinear los incentivos en la producción y cribar las empresas productivas de las improductivas. En cualquier momento, los precios del mercado de valores reflejan toda la información disponible relevante y éste es el motivo de que las previsiones acierten en término medio y de que ningún inversor pueda pasarse de listo con el mercado. Las absorciones y fusiones presionan a los ejecutivos para servir a los intereses de los inversores, grandes y pequeños. El sistema funciona mientras la legislación obligue a la plena transparencia y no se retenga deliberadamente ninguna información relevante. De esta manera, la intervención pública puede mejorar el funcionamiento de los mercados de valores. (Escuela de Chicago)
 
JIV

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