lunes, 25 de mayo de 2015

MENUDO FIN DE SEMANA (Y LO QUE NOS VIENE)



En este fin de semana han sucedido muchas cosas. 
 
El economista John Forbes Nash moría en un accidente de taxi junto con su mujer (el de una mente maravillosa y el que ideó la teoría de juegos). 
 
Pero lo más importante, como ya intuirá estimado lector, son las elecciones del 25-M. 
 
Lo curioso es que los partidos políticos están casi todos contentos. Los únicos descontentos son UPyD (que menudo batacazo se han dado los pobres, después de todo lo que han hecho por este país) e IU (o debería decir Izquierda Hundida?). 
Pero es curioso que todos los demás partidos estén contentos. Incluso el PP, a pesar del duro batacazo que se ha dado (pues ha perdido casi tres millones de votos), ya que a pesar de ser la fuerza más votada, hasta en sus feudos pierde por la abstención en muchas zonas que les eran fieles. 
 
Las cosas están cambiando, hay un cambio de mentalidad, como sostiene Garicano, “ahora la gente quiere que las cosas funcionen. Y ¿cuándo funcionan? ¿Cuándo crecen los países? Cuando cuentan con buenas instituciones y buen capital humano. Es el objetivo básico del regeneracionismo: dotarse de unas instituciones prestigiadas y de una ciudadanía mayoritariamente bien formada" (lo cual suscribo íntegramente).
 
Se acabaron las mayorías absolutas, ahora viene de verdad, el juego de tronos, los pactos y alianzas (puntuales o globales). Y ello es una muestra de madurez de la democracia española, y un acontecimiento que sin duda contribuirá a ahormar esos pactos tendentes a acelerar el amejoramiento de las instituciones. Llega, en efecto, la hora de la verdad, el punto de partida de un recorrido que culminará en las generales de noviembre, un suponer, y que muy probablemente diseñará un mapa político muy distinto al que hoy conocemos.
 
Por encima del supremo cabreo de tantos españoles con una corrupción que lo impregna todo, parece evidente que nuestras clases medias no están para soluciones tremendistas del tipo borrón y cuenta nueva. En ello tanto el PP como el PSOE son culpables de esa situación. Aunque especialmente el PP, con un discurso del miedo y deshonesto con sus propios votantes (a los que solo les faltaba acusarles a ellos de traición, cuando los traidores han sido ellos, los del PP).
 
La campaña (de las peores que recuerdo) ha vuelto a poner de manifiesto el bajo nivel de nuestra clase política, a menudo enfrascada en el pobre recurso del insulto al contrario (no hay más que ver lo que hizo Esperanza Aguirre). Aun reconociendo que se trata de municipales y autonómicas, ni un solo potente discurso de futuro se ha escuchado en 15 días de atroz matraca. Nadie se ha cuestionado la virtualidad de nuestro modelo territorial (cuando es muy cuestionable por su insostenibilidad). Todo o casi todo se ha reducido a un globo de soluciones mágicas, una ristra de alegatos de un desalentador estatismo, con promesas difíciles de cumplir (e incluso ruinosas) resumido todo en compromisos de gasto a mansalva contra el presupuesto, municipal o autonómico y, en general, contra el bolsillo del contribuyente vía impuestos. Todo, Estado a palo seco, cuando lo que se debería es de fomentar la libertad y la responsabilidad individual, y no cercenarlas.
 
Sin embargo, frente a este optimismo inicial, creo que no se puede ser optimista, pues a pesar de todas las esperanzas puestas a este supuesto cambio o el fin del bipartidismo (que parece que vamos a un tripartidismo), creo que éste esta lejos de desaparecer. 
 
Lo que ocurre es que España cambia de color, y el bipartidismo queda matizado ideológicamente, porque este país ha girado a la izquierda. Matizado nominalmente, porque ya hay que contar con los emergentes, que harán valer la renovación que propugnan (y ya veremos). Y matizado en el juego político ordinario, por la cantidad de pactos que habrá que negociar y por la cantidad de innovaciones a que quedan obligados el Partido Popular y el Partido Socialista (el PSOE buscará pactar con Podemos y quizás con Ciudadanos, mientras que el PP solo puede pactar con éste último). 
 
Esta claro que la política torpe del PP debe cambiar, ya no valen excusas y las ideas del miedo, porque la referencia económica no es suficiente, porque además no es cierta (la recuperación no existe, como ya han señalado varios economistas e incluso prensa extranjera). 
Y para el PSOE, porque necesitan un ideario suficiente para contener el avance de Podemos, y que se definan de una vez (o socialistas o socialdemócratas).
 
Pero lo peor no es la situación del PP y del PSOE, ni mucho menos. Lo peor son los datos inquietantes para la tranquilidad del problema territorial (el problema separatista). 
Primero porque en Navarra, la implantación de los proetarras (Bildu y Geroa-Bai) anuncia tensiones con el objetivo principal de promover la unión con el País Vasco (algo que supone, a mi juicio, una auténtica aberración fruto de las mentiras del nacionalismo vasco). 
Y por el otro lado, porque en Cataluña, el descenso de los partidos considerados españolistas (el PP y el PSC) no es suficientemente cubierto por Ciudadanos (a pesar de las alegrías de mucha gente, el ascenso de los nacionalistas es preocupante, pues Ada Colau no es defensora de la unidad de la nación), es un mal augurio para la defensa de la unidad de España en Cataluña. Y es más, nadie sabe lo que puede ocurrir cuando una avalancha de alcaldes independentistas empiecen a levantar esteladas en cada ayuntamiento. Y el problema no se va a solucionar de manera fácil, pues ya es tarde para restablecer el imperio de la Ley, que nunca se hizo (gracias al gobierno del PP).
 
Y todo esto es responsabilidad de los dos grandes partidos que han jugado con el pueblo (engañándolo con promesas falsas, aunque también el pueblo se ha dejado engañar con facilidad), con las instituciones (clientelismo y enchufismo) e incluso con la historia de uno de los países más antiguos de Europa (jugando con los nacionalismos separatistas, financiándolos y concediéndoles todo lo que pedían), en su propio beneficio.
 
Así que prepárense para la que se nos avecina, porque no es ninguna broma.
 
JIV

No hay comentarios: