Bueno, ya tenemos los resultados. Bienvenidos al campamento
de verano electoral (¿Qué?). Si si, campamento electoral de verano, pues todos
han ganado. Y cuando digo todos (Todos los que han entrado en el parlamento
claro), lo digo en el sentido estricto de la palabra, T-O-D-O-S. Desde el PP,
porque ha ganado, hasta los más pequeños.
El problema es que con un PP llevado por gente que se piensa
que nos ha salvado la vida durante los últimos cuatro años, un PSOE liderado
por un macarra que no sabe qué significa la palabra diálogo, un Podemos que no
se sabe bien a qué juega ni que ideología gestiona y Un Ciudadanos novato y sin
suficiente fuerza, y demás desechos políticos como Democracia y Libertad (de
recibir el 3%), EH-Bildu, ERC y demás gente de mal vivir, pues creo que vamos
apañados.
Pues no, no puedo ser más optimista y siento ser un
aguafiestas, pero la sopa boba que ha movido el voto de unas cuantas
generaciones educadas en derechos y no en obligaciones, en la ley del mínimo
esfuerzo y en la censura de quienes se enriquecen gracias a él, en la
igualación por abajo y la condena de la meritocracia, no va a llegar. Es mucho
más probable, a día de hoy, que la ingobernabilidad traiga incertidumbre, y
esta desconfianza, fugas de capitales, paralización económica y nuevos repuntes
en el desempleo y la precariedad. Es lo que hay. Este país pide a gritos una
segunda vuelta, reforma que, por cierto, solo podía haber acometido Rajoy.
Pero, ya saben, "demasiado lío, ¿no?
Disfruten lo votado señores.
Y así nos va,
JIV
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