Ya está. Por fin nuestro estimado presidente, timonel de nuestros destinos dos años más gracias a la suerte marinera nacionalista, ha suprimido ministerios. Algo que se reclamaba desde hace más tiempo. Pero no se pongan contentos, porque no es oro todo lo que reluce. Pues en efecto, estos ministerios se reconvierten en Secretarias de Estado. Por lo que lo que sucede es que a estas dos ministras se las baja de nivel, a Secretarias de Estado. Así que no digan todavía adiós a “Bibi” que todavía nos puede dejar alguna perlita.
Vamos a comentar brevemente este despropósito de cambio de gobierno (a pesar de que el Partido Popular diga que es mejor este que el anterior).
Empecemos por los que se van:
Ø Elena Espinosa. Nada que decir de una ministra que en unas semanas tiró la labor de años en cuanto a la negociación de nuestros intereses en Europa. Adiós.
Ø Celestino Corbacho. El ministro que dijo que ni de coña íbamos a tener más de 3 millones de parados y el que dijo que la crisis se iba a resolver en unos meses. Adiós al peor ministro de trabajo en mucho tiempo.
Ø Miguel Ángel Moratinos. Se enteró de su destitución por los medios de comunicación. Y eso que era amigo de Zapatero, que si no. Lo malo es que ni uno solo de sus ex compañeros de Gabinete se ha quedó para hacerle más llevadero el trance. Bueno, eso que dicen que ha sido un buen ministro de asuntos exteriores, creo que no se lo creen ni ellos. El apodo Desatinos será por algo digo yo. Hasta luego.
Ø María Teresa Fernández de la Vega. Mujer con carácter que le ha sacado a Zapatero varias veces las castañas del fuego. Incansable y eficaz, como la ha definido Pedro J Ramírez. O los elogios recibidos por el Cardenal Rouco incluso. Como se nota que Zapatero echa a los que le han hecho sombra. La venganza es dulce y se sirve fría. Lástima.
Ø Beatriz Corredor. Adiós a un ministerio inútil.
Ø Bibiana Aído. innecesario y mal denominado departamento, cuyo nombre debiera haber sido Ministerio de la Mujer puesto que en ningún momento se intentó corregir desigualdades en general, sino tan solo aquellas en que la mujer estaba en inferioridad con respecto al hombre que siendo la mayoría, no son todas. O sea, un departamento dedicado a promocionar la discriminación positiva de la mujer, sin tener en cuenta que la discriminación no deja de serlo por ser positiva, además merma el prestigio de la mujer en la sociedad al tratarla como un ser débil, el Sr. Zapatero promotor personal de este ministerio, ahora muerto por prescindible, debió pensar que las mujeres necesitaban protección, como los niños, ¿se puede ser mas machista?
Veamos ahora los nuevos:
Ø Ramón Jáuregui. El ex portavoz del gobierno se le adjudica el nuevo ministerio de la Presidencia. El que antes se fuera por discrepancias con Zapatero, ahora vuelve. Qué mal andamos para tener que recurrir a “enemigos” (dialécticamente hablando). De todas formas no es mala opción.
Ø Rosa Aguilar. La califa “roja” como se la conoce. Buena gestora del único ayuntamiento de Córdoba. Ex de IU, parece que su nombramiento es un guiño a IU (para tratar de curar esa puñalada trapera que sufren gracias al sistema electoral). Política de perfil amable para lidiar con conflictos, sobre todo los que como nueva ministra de medio ambiente, deberá afrontar.
Ø Trinidad Jiménez. Nueva ministra de Exteriores. Premio por dar la cara por Zapatero (algo que no se lo merece). Ya veremos como lo hace.
Ø Leire Pajín. Nueva ministra de Sanidad. A ver que conjunciones interplanterias nos planta ahora. Que horror.
Ø Valeriano Gómez. Ministro de Trabajo que se manifestó contra la reforma laboral. El subraya que no se sentirá incómodo en aplicar algo por lo que se ha opuesto. ¡Menudo hipócrita! Que encima sea sindicalista hace que todo esto sea aún peor. Esto no se puede tolerar.
Y ahora hablemos del hombre fuerte, de la artillería pesada para hacer fuego de contrabatería contra la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. Guiño otra vez a la vieja guardia. El hombre más poderoso de España, después de Zapatero. Ministro de Interior (controla la Policía Nacional, la Guardia Civil y el CNI, casi ná), la vicepresidencia primera y la portavocía del gobierno. Demasiado poder (jamás alguien ha acaparado tanto poder en la democracia, claro). No me parece adecuado tanto poder para una persona que encubrió los GAL, que instigó el acoso a las sedes del PP del 2004 y del famoso caso Faisán (algo deleznable). Aunque tampoco me parecería bien, incluso siendo la persona más honorable que exista.
Al final, tanto talante y tanta cuento de la paridad para nada. Sic transit gloria mundi.
Otra cuestión de interés es la administración de esta crisis por el presidente del Gobierno. No se entiende que no esperase a terminar el trámite de votación de los presupuestos, para anunciar el cambio de gobierno. Habría conseguido aire en los titulares con su victoria parlamentaria y la crisis habría sido noticia en solitario dos días más tarde o cuando quisiera.
Al pisarse la exclusiva confiesa que mintió a los periodistas el domingo en Ponferrada, al decirles que sólo pensaba cambiar a Celestino Corbacho. El cambio fue decidido sólo con Rubalcaba (que cosas pasan), Blanco y Pajín. Curioso que dos de estas personas se benefician del cambio de gobierno (menuda neutralidad). Esto le obligó ayer a mentir nuevamente, cuándo cambió de opinión y responder: El domingo por la tarde. Un presidente que toma una decisión tan relevante en un momento, sin maduración alguna de la idea, del alcance, los nombres y la estructura que modifica, pues es peligroso pensar como maneja los destinos de un país.
No habría sometido a las víctimas de la crisis al trance de comerse el marrón y morder la bala ante las cámaras de los fotógrafos y de la tele. Especialmente a Moratinos, que se veía obligado a defender en el Congreso asuntos que ya no podía asumir como propios. Si hubiera administrado racionalmente los tiempos no habría sometido a esos presupuestos que nos van a sacar de la crisis al ridículo de quedar inservibles antes de su aprobación parlamentaria. Las cuentas públicas están hechas para un Gobierno con dos Departamentos más, que han desaparecido (Igualdad y Vivienda) y uno nuevo (Ministerio de la Presidencia) que antes no existía. La estructura del Gobierno había cambiado antes de que aprobaran las cuentas para el año que viene. ¿Y dice la señora Salgado que las previsiones de esos presupuestos se van a cumplir rigurosamente? Vamos, anda, no te lo crees ni tú.
Y encima, no cambia de ministra de economía ni susttituye al señor Chaves, ministro sui generis. Además de no sustituir a la ministra de Cultura, por incompetente, sobre todo tras la sentencia que declara ilegal el famoso canon que ella impulsó. Por todo esto creo que el cambio de gobierno es un despropósito.
JIV
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