

No hace falta más que acudir a los países musulmanes para ver todo lo dicho, y sobre todo la inexistencia de reciprocidad en el trato que, nosotros les damos.
La gente me contestará y dirá: “Ya, pero es que España fue un país de emigración”. A lo que yo le contexto que aunque así fuera, nosotros nos integrábamos en el país de acogida, que en muchos casos, no nos daba un trato equitativo, cuando no un trato vejatorio y denigrante (y nadie hablaba de racismo o xenofobia, como éramos españolitos, no pasaba nada). Y ahora, solo por pedir un respeto a nuestros valores y nuestra cultura y nuestras leyes, se dice que es xenofobia. ¡Manda huevos!
El siguiente link muestra una noticia sobre la Violencia de Género: http://www.elpais.com/articulo/opinion/Crimenes/machistas/elpepiopi/20101019elpepiopi_2/Tes
Esto supone un clamor en el mismo momento de la aprobación de la Ley contra la Violencia de Género. Tal vez ya entonces, antes de las cifras de este año empezaba a percibirse como necesario un análisis más riguroso del fenómeno. El progresismo fue un velo que nos impidió ver los datos desnudos en los primeros tiempos. No se desagregaba el porcentaje de inmigrantes entre víctimas y victimarios, porque se suponía que era una forma de criminalización. Es cierto que es necesario seguir desarrollando sus instrumentos (los de la Ley) relacionados fundamentalmente con la educación, lo que dará fruto en el medio y largo plazo. El asunto es que la educación sí se ve influida por el multiculturalismo, esa creencia de que todas las religiones son iguales. Creencia manifiestamente falsa, por el Islam, por supuesto. Que incide con la educación en sus valores, manifiestamente contrarios a los valores y cultura occidentales.
Cabe preguntarse si una religión que se constituye en Estado teocrático en la mayor parte de los países en que es mayoritaria, que implanta la sharia y condena a morir lapidadas a las mujeres adúlteras (o a homosexuales) no será una reserva inexpugnable a los buenos propósitos educativos del Gobierno y los editorialistas, si creen que nuestros valores se impondrán de manera natural en unos colectivos cuya población crece de manera exponencial (8 hijos por mujer de media nada menos) y a los que renunciamos a integrar en nuestro sistema de valores, con la excusa de la xenofobia y la multiculturalidad. Lo que al final supone la asunción de los valores del Islam a la larga. Un dato para lectores distraídos: las Cruzadas fueron hace diez siglos (unos cuantos).
JIV
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