Al final será Rusia quien organice el Mundial 2018. La decisión es sorprendente, porque se trata de un proyecto con muchas de sus infraestructuras por desarrollar, pero respaldado por grandes capitales y por la teoría de dar al fútbol una dimensión ecuménica.Vamos a ver, España y Portugal pueden celebrar un Mundial. Por muchos motivos: Instalaciones deportivas y hoteleras adecuadas, experiencia organizativa previa (España ya organizó un Mundial, y no lo hizo mal), buenas comunicaciones.
No obstante la FIFA se ha convertido, desde mi punto de vista, en un auténtico centro de chanchullos y actividades raras. Me explico, ¿Por qué se elige a un país con peor infraestructura de comunicaciones y deportiva? ¿Por qué se elige a un país con altos niveles de corrupción? Está muy claro, porque la corrupción ha llegado a la FIFA. Sólo con la curiosa llegada del multimillonario Abramovich a última hora debería haber levantado sospechas.
Es que además con esta elección se da a entender que no sirve de nada tener estadios construidos, ni las evaluaciones que hacen los técnicos de la FIFA. Pues, en efecto Rusia tiene por construir 13 de los 17 estadios prometidos y la conexión entre sedes es también uno de los inconvenientes que subrayó la Comisión de Evaluación. Vamos que la decisión no es deportiva, sino política.
Sin embargo, si que es cierto que ningún país de Europa del Este ha celebrado nunca un mundial de fútbol. Y Rusia es uno de ellos. Quizás por eso ha pesado más la decisión. Pero todos sabemos lo que ha pasado, ha ganado el dinero y el deseo de llenarse los bolsillos. Pues aunque hay muchos que subrayan los beneficios del mundial, la verdad es que al final del mundial se benefician los medios de comunicación (que también influyen y mucho) y en todo caso empresarios como por ejemplo Florentino en España o Abramovich en Rusia.
Al final ha ganado la corrupción. Qué lastima. El mundo está podrido.
JIV
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