La crisis de los controladores ha demostrado la incapacidad del gobierno en solucionar un problema enquistado desde febrero de este año. Pero analicemos la historia de los controladores y la hipocresía del Partido Popular.
Empecemos. Corría el año 1999 cuando, en la primera legislatura del gobierno del Partido Popular de don José María Aznar López, en coalición con CiU (pues no tenía mayoría absoluta, y en aquellos momentos claro está, no se rompía España), cuando el citado gobierno, tras las el inicio de privatización de Iberia, se creó AENA, como entidad de gestión de los aeropuertos españoles. Dicha gestión también incluía, claro está, el control aéreo. Por tanto, la autoridad de dicho control era civil (por si algún lector despistado no se ha dado cuenta en ver). Pero basta de charla, vayamos al grano de la cuestión.
El gobierno de Aznar firmó un convenio con los controladores que establecía esos sueldazos y privilegios de escándalo.
Finalicemos este cuento. En febrero de este año. Tras un tiempo de análisis, el gobierno del presidente don José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó un Real Decreto por el cual se suprimía este régimen privilegiado.
A modo de ejemplo, un controlador tiene una jornada básica de 5 horas diarias, cada 2 horas descansa media hora y las horas extra valen el doble. Es decir, que si un controlador trabaja 10 horas al día, esas 5 horas cotizan el doble, a casi un millón de las antiguas pesetas a la hora. El gobierno pretende suprimir esto y ampliar la jornada laboral a unas horas por año y eliminar el régimen de las horas extra.
Otro privilegio era el sueldo, consecuencia de lo anterior el sueldo se rebajaría.
Y para terminar, decir que el sistema de privilegios del convenio anterior, señalaba que las bajas por enfermedad, maternidad y depresiones computaban como horario de trabajo (!!). Para que luego la gente se queje de los funcionarios.
El gobierno pretendía eliminar estos privilegios. Consecuencia, el sindicato de controladores (ojo: no afiliado a UGT ni a CCOO, aspecto importante a subrayar) se puso en pie de guerra. Y está claro que saltó con la publicación el viernes 3 de diciembre del decreto que causó la crisis.
Si bien es cierto que el gobierno con algo de imprudencia no calculó los efectos de la publicación del citado decreto, lleva tiempo intentando corregir este desaguisado causado por el gobierno del Partido Popular (que con tal de no tener problemas les dio el oro y el moro), aunque sin conseguirlo, posiblemente por incompetencia más que por otra cosa.
En conclusión, la culpa directa de la crisis la tienen, claro está, los controladores. Pero la culpa indirecta no la tienen sólo el gobierno del PSOE, sino también los anteriores gobiernos del Partido Popular. Y aquí reside la hipocresía del señor González Pons, que ve la paja en el ojo ajeno, pero no ve la viga que tiene en el suyo.
JIV
Empecemos. Corría el año 1999 cuando, en la primera legislatura del gobierno del Partido Popular de don José María Aznar López, en coalición con CiU (pues no tenía mayoría absoluta, y en aquellos momentos claro está, no se rompía España), cuando el citado gobierno, tras las el inicio de privatización de Iberia, se creó AENA, como entidad de gestión de los aeropuertos españoles. Dicha gestión también incluía, claro está, el control aéreo. Por tanto, la autoridad de dicho control era civil (por si algún lector despistado no se ha dado cuenta en ver). Pero basta de charla, vayamos al grano de la cuestión.
El gobierno de Aznar firmó un convenio con los controladores que establecía esos sueldazos y privilegios de escándalo.
Finalicemos este cuento. En febrero de este año. Tras un tiempo de análisis, el gobierno del presidente don José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó un Real Decreto por el cual se suprimía este régimen privilegiado.
A modo de ejemplo, un controlador tiene una jornada básica de 5 horas diarias, cada 2 horas descansa media hora y las horas extra valen el doble. Es decir, que si un controlador trabaja 10 horas al día, esas 5 horas cotizan el doble, a casi un millón de las antiguas pesetas a la hora. El gobierno pretende suprimir esto y ampliar la jornada laboral a unas horas por año y eliminar el régimen de las horas extra.
Otro privilegio era el sueldo, consecuencia de lo anterior el sueldo se rebajaría.
Y para terminar, decir que el sistema de privilegios del convenio anterior, señalaba que las bajas por enfermedad, maternidad y depresiones computaban como horario de trabajo (!!). Para que luego la gente se queje de los funcionarios.
El gobierno pretendía eliminar estos privilegios. Consecuencia, el sindicato de controladores (ojo: no afiliado a UGT ni a CCOO, aspecto importante a subrayar) se puso en pie de guerra. Y está claro que saltó con la publicación el viernes 3 de diciembre del decreto que causó la crisis.
Si bien es cierto que el gobierno con algo de imprudencia no calculó los efectos de la publicación del citado decreto, lleva tiempo intentando corregir este desaguisado causado por el gobierno del Partido Popular (que con tal de no tener problemas les dio el oro y el moro), aunque sin conseguirlo, posiblemente por incompetencia más que por otra cosa.
En conclusión, la culpa directa de la crisis la tienen, claro está, los controladores. Pero la culpa indirecta no la tienen sólo el gobierno del PSOE, sino también los anteriores gobiernos del Partido Popular. Y aquí reside la hipocresía del señor González Pons, que ve la paja en el ojo ajeno, pero no ve la viga que tiene en el suyo.
JIV
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