
No obstante el ahorro, a esas velocidades, no es tal. En donde consumen los automóviles más es en las zonas urbanas (el consumo urbano). Debido sobre todo al uso de marchas cortas (1ª, 2ª o 3ª). Es decir, que a partir de los 80 km/h los automóviles suelen utilizar las marchas largas, sobre todo 5ª. Y el gasto de combustible se reduce comparativamente. Es por tanto falsa la creencia de que a más velocidad más consumo, aunque no del todo. Las marchas cortas consumen más, porque fuerzan al motor a reducir la velocidad, que no las revoluciones del mismo (esto es el freno motor). Cuando se arranca y se pone 1ª el motor consume más, puesto que tiene que ponerse en marcha.
Además, la medida afectará sólo a los turismos, y mientras circulen en autopista y autovías que, como mucho, pueden absorber el 60% del tráfico rodado en España.
El Gobierno, en ese afán de competencia que le caracteriza, tampoco ha valorado el coste de adecuar la señalización de velocidad a la nueva norma, algo que además es imposible en el curso de una sola semana hasta que el lunes día 7 de marzo entre en vigor la norma. Es decir, el coste de poner pegatinas en las señales indicando el cambio de límite de velocidad.
El Ejecutivo ha señalado como transitoria, pero en España existe un mal precedente. Los primeros límites de velocidad que se impusieron en 1973 para reducir consumo de petróleo durante la crisis de suministro que se produjo tras la guerra del Yom Kipur y también de forma provisional. Como todo lo provisional en este país, jamás se quitaron. Algo más que nos separa de Europa en donde, la mayoría de los países, tienen el límite de velocidad en autopistas a 130 kilómetros por hora.
Seamos indulgentes, pues, con la ilusión de que hurgando en los sofás pueden cuadrar sus presupuestos. Seamos piadosos con ellos, los mismos socialistas que presentaron en el Congreso una proposición no de ley para elevar el máximo de velocidad permitida a los conductores noveles de 80 a 120 kilómetros por hora, resolución que el Congreso aprobó por unanimidad el 28 de dicho mes. Olvidemos que entre las razones aportadas por el Grupo Socialista por boca de Maritxel Cabezón, figuraba que incidía "negativamente en la fluidez del tráfico, dificulta su gestión y puede llegar a suponer en determinadas circunstancias un peligro o riesgo para quien la practica" (y por eso se aumentó el límite de velocidad).
¿A que todo esto es un despropósito? ¿No será que lo que pretende es recaudar fondos con las multas que se impondrán? ¿Realmente piensan que se reducirán los gastos? ¿Evitarán accidentes o los causarán al ir pendiente el conductor del límite de velocidad, en vez de a la carretera?
JIV
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