Las comparaciones son odiosas. O eso es lo que se dice.
Pues bien. Sin restar gravedad a los hechos delictivos (supuestos para Urdangarín, probados para “Teddy”) cometidos por ambos sucesos, es preciso comentar la curiosa distinción que los medios y los periodistas han realizado sobre estos dos casos.
Empecemos con el Caso SGAE. El señor Teddy Bautista junto con J.L Rodríguez Neri, han desviado a una filial tecnológica dinero procedente de la SGAE de 87,1 millones de euros. Asimismo, se reconoce que la SGAE cuenta con 145 millones de euros en concepto de derechos de auto que no han sido repartidos entre los creadores afiliados a la entidad por no haber sido identificados. Asimismo, hay otro problema añadido, pues el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Nación, ha fallado en los mecanismos de tutela a la hora de velar por que la gestión de derechos de autor se efectúe de forma eficiente en razón a la protección a la propiedad intelectual. También se tiene en cuenta a la hora de denunciar el conflicto de intereses de González-Sinde el hecho de ignorar el informe elaborado por Luis Cobo Álvarez en el que se desvelaban irregularidades en la SGAE por parte de las empresas perseguidas en la Operación Saga. Conflicto de intereses no resuelto y que la propia ministra no mostró interés alguno en solucionar. Haciendo caso omiso de tales problemas y convirtiendo al Ministerio de Cultura en cómplice de estos delitos.
Recuérdese además, que la SGAE es una entidad sin ánimo de lucro. Y que estos dos señores han desviado cuantiosos fondos ante el silencio del Ministerio de Cultura. La cobertura informativa de este escándalo ha sido desigual, actualmente inexistente. Solo uno de los dos procesados está en prisión (vergonzoso).
En cuanto al Caso del Duque de Palma. La trama urdida por el Instituto Nóos, y junto a su mano derecha, está cifrada por Hacienda de 16,1 millones de euros la trama de Urdangarín. Así como el uso de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social para niños discapacitados para evadir dinero al paraíso fiscal de Belice. Al menos 650.000 euros fueron trasvasados a De Goes por asesorías ficticias.
Sin embargo, y a pesar de que las cuantías defraudadas y desviadas son infinitamente menores, la cobertura informativa es muy superior. Y lo que es peor, las críticas hacia la Casa Real han sido injustas e inmerecidas, cuando, a la postre, muy pocos han sido críticos con la actuación del Ministerio de Cultura (y menos aún para pedir la dimisión de la ministra por su nefasta actuación y gestión ante tal crisis).
La información, vía Web puede usted querido lector consultarla en los siguientes links:
Al menos siempre nos quedará Internet.
JIV
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