miércoles, 3 de junio de 2015

LA FIFA Y LA CORRUPCIÓN


Esta vez, no voy a hablar de la corrupción en España, sino en el máximo organismo internacional del fútbol, la Federación Internacional de Fútbol (FIFA).

Hace algo más de una semana Blatter, reelegido presidente de la FIFA, ganó tantos votos en el primer asalto que su único oponente se retiró (ayer presentó su dimisión). ¿De donde venían esos votos? Pues de África, América del Sur y Europa del Este, apenas tuvo apoyos de Europa occidental y de América del Norte. La pregunta que me planteo es la siguiente ¿Cómo puede alguien ser reelegido después de presidir una administración durante décadas y que ha estado envuelto en sobornos a delegados y en pagos ilegales por gobiernos soberanos?

Pues la respuesta puede ser muy simple. Me explico.

En muchos de los países donde los delegados le han apoyado, la corrupción es algo normal en la vida diaria de éstos. ¿Quieres hacer negocio? Soborna a un funcionario o a un político. ¿Quieres transportar bienes y productos a lo largo del país? Mejor que tengas efectivo para los controles policiales. ¿Quieres ganar un contrato de la administración pública? Transfiere fondos a la cuenta secreta del pariente del presidente/dictador de turno del país. La corrupción en esos países es un mal endémico y la población sufre las consecuencias. Esto podría explicar porqué tantos delegados están siendo investigados.

Esta corrupción, tan extendida, es un factor fundamental de retraso en el desarrollo económico en países emergentes. La OCDE estima que más de un 5% del PIB mundial, entre 2 y 3 trillones (con T) de dólares es destinado al pago de sobornos.

La corrupción añade coste a la actividad empresarial, fundamental para el desarrollo económico de un país. Las comisiones tienen que tenerse en cuenta en los costes de producción, aumentar los precios y por lo tanto se produce una reducción de volumen de actividad. En consecuencia, se genera menos riqueza de la que se generaría si no hubiera corrupción. Por lo tanto, la corrupción es similar a un impuesto, pero uno particularmente tóxico debido a su naturaleza encubierta e impredecible. Además, la incidencia fiscal es pública; se puede calcular y tomar en cuenta; pero nadie publica tablas de sobornos que tendrán que ser pagados.

La corrupción provoca que los recursos estén mal asignados, con contratos que están siendo adjudicados a las empresas que no hubieran ganado tales contratos en competencia abierta y transparente. Los sobornos a políticos llevan a realizar proyectos de construcción para los que no hay demanda en el mercado real, incrementando el coste que los propios ciudadanos deberán asumir (¿Les suena?). Los que tienen acceso a los tomadores de decisiones (o en inglés: decision-makers) y con recursos para sobornar están beneficiados a expensas de aquellos que carecen de influencia y de recursos.

Porque la corrupción es ilegal, su predominio socava el respeto a la ley. Además, corroe la confianza pública que es parte fundamental de la base de una economía de mercado próspera y desarrollada. El único antídoto es un gobierno con la integridad moral suficiente para defender la ley, y además, contar con un sistema legal que castigue sin piedad a los corruptores y corruptos. 

El escándalo de la FIFA es mucho más que fútbol. Es otra visión de un problema global, que debe ser combatido por el bien de todos.

JIV

2 comentarios:

csc dijo...

Tiene bastante razón, pero el problema real que lastra la economía no es la corrupción, es la discreccionalidad.

Me explico, si la corrupción se institucionaliza no deja de ser un coste "fijo" , con lo que el empresario lo carga o lo asume y seguimos adelante con el negocio. Esta es la forma que viene a funcionar la corrupción en los países avanzados, del que somos un buen ejemplo.... Un ejemplo claro de esto es la forma de funcionar de los lobbys, los más conocidos en nuestro país son los colegios profesionales, por ejemplo con los médicos y su colegio, las farmacéuticas les organizan, congresos, viajes, y un largo etcétera a cambio de que prescriban sus productos, lo cargan como coste comercial y todos contentos. No deja de ser corrupción, pero es una corrupción no discreccional, todo el mundo sabe que A implica B y el proceso es fijo.

En los países en desarrollo el problema está en que cuando uno paga el soborno no tiene una repercusión directa e indudable, y esto es lo que para totalmente el negocio. Por ejemplo se puede sobornar al ministro de energía de Guinea, pero eso no te garantiza el poder extraer petroleo... o se puede llevar la cartera llena para pagar los controles policiales en Méjico, pero tampoco tienes garantizado que los vayas a pasar todos. Y esto es lo que hace que no se pueda contabilizar la corrupción como un gasto "fijo" y de lo que más huye el capital es de la incertidumbre.

José Ignacio dijo...

El problema csc, es que la discrecionalidad también puede formar parte de la corrupción.
Los lobbys son grupos de presión que defienden sus intereses. Y dependerá desde el punto en que se mire, porque para mí puede ser corrupción: pues la organización de eventos, viajes a cambio de que prescriban sus productos es corrupción y puede lastrar la economía (al perjudicar la libre competencia, cuando la farmacéutica se aprovecha de su posición dominante, y al final al propio consumidor e impedir una eficaz asignación de los recursos).
O bien, cuando también se aprovechan de la discrecionalidad a base de corromper...

Todo depende de como se miren las cosas. Pero siendo puristas, la discrecionalidad conlleva corrupción... (y en algunos casos también a la inversa).

Un saludo y bienvenido al blog.

JIV