viernes, 2 de octubre de 2015

A FAVOR DE BLABLACAR.

Ha salido en los medios hace unos días que la patronal de empresas de transporte por carretera (autobuses) ha demandado a la plataforma por internet Blablacar. Esta denuncia, que no tiene una base legal clara (aunque algunos digan lo contrario), pide un cierre cautelar que puede llegar a un año de la citada plataforma.

Es curioso que la propia patronal vea esto como una amenaza. Que pretenda una prohibición. Y no se han dado cuenta de una cosa, Internet ha generado una desintermediación, que amenaza las formas tradicionales de hacer negocio y lo que más me choca es la reacción de los negocios y "lobbies" que se ven amenazados por esta forma nueva de hacer negocio, que no es otra que una reacción defensiva.
En esta vida hay que adaptarse o morir. Pero pedir ayuda al Estado o a los jueces para que te mantengan tu negocio es algo deleznable y que no se debería tolerar. En esta vida es necesario evitar ser excesivamente conservador (casposo dirían algunos) porque no es posible tumbar la casa del vecino antes de que tu propio tejado se derrumbe encima.


ES UN NUEVO NEGOCIO, NO COMPETENCIA DESLEAL.

La patronal (Confebus) acusa a Blablacar de ser un intermediario entre particulares, obteniendo un beneficio y de no estar sujeta a las reglas equivalentes a las de las empresas del transporte. En otras palabras, de competencia desleal.

Es cierto que Blablacar pone en contacto a particulares con vehículo privado que están dispuestos a llevar a gente a cambio de un pequeño pago. La comisión que se lleva es del 10-20% del dinero pagado por el viajero al conductor.

Sin embargo esto es un nuevo concepto de negocio (porque sí, se trata de un negocio) diferente del transporte de viajeros de carácter profesional. Me explico.
El negocio en cuestión es un gran tablón online, mediante el cual la gente se pone en contacto para hacer todo tipo de rutas, incluso rutas entre pueblos olvidados por las compañías de transporte público, porque como dirían sus directivos, son rutas "poco rentables". A los viajeros le sale el viaje más barato, los conductores ingresan un dinero extra para los gastos de viaje, encima todos conocen a gente (por lo que al final quien sabe...) y Blablacar cobra una pequeña comisión por ello, ¿Eso es malo? Según la patronal sí.
Y ahora volvemos al primer problema que veo en esta demanda. Y no es otro que querer regular una actividad nacida en internet, con una normativa de 1987 (nacida cuando Internet era un mero experimento universitario), la Ley de Ordenación de Transportes Terrestres (LOTT).
Lo que habría que hacer sin duda alguna es actualizar la ley y hacer entender a los señores de esta patronal que los tiempos han cambiado y que es su deber adaptarse a las nuevas circunstancias.

Además, es que no es un caso regulable en la propia LOTT, ya que en su artículo 101 establece que "el transporte privado es aquel que satisface las necesidades de desplazamiento personales del titular del vehículo y sus allegados".
Como ya he dicho, Blablacar lo que hace es poner en contacto a gente que no se conoce, que no son amigos ni familiares, siendo por tanto desconocidos (¿Porqué nos cuesta entender esto?). De lo que se trata en todo caso, es de una prestación de un servicio (poner en contacto a gente que desea hacer un viaje con la que dispone de un vehículo y desea tener unos ingresos extra), con la que el prestador obviamente se lucra.

Existe mucha gente que comparte vehículo para sus desplazamientos más o menos habituales o incluso ocasionales. A lo que llegamos a la pregunta de si son realmente desconocidos y como definimos allegados o amigos. Esto no tiene salida, porque las leyes actuales, tal y como están escritas, no permiten encajar la idea de desintermediación que Blablacar ofrece. Al igual ocurre con Uber (aunque es un modelo totalmente diferente), o Airbnb,, y así podíamos seguir.
La solución no es demandar, prohibir o cerrar, ésta debe pasar por actualizar la ley (que en otros países ya lo han hecho con respecto a la actividad de compartir vehículo) y de hacer entender a los sectores más inmovilistas de la política, la empresa y la sociedad de que los tiempos han cambiado, nos guste o no.

En este caso que nos ocupa, los datos que aporta la patronal no encajan. Ya que según Confebus, la actividad de la empresa demandada ha provocado que el número de clientes haya descendido en un 30-40% en ciertos momentos del año y rutas.
Esta afirmación es falsa, ya que según datos aportados por Blablacar, el impacto en el sector es de como mucho un 2% del total de viajeros transportados por carretera.

Además, la acusación de la patronal es la aparente existencia de conductores que, aprovechándose de la tecnología, consiguen lucrarse haciendo viajes.
Pero esto no es del todo cierto. Pues el 96% de los conductores de la plataforma ofrece menos de dos viajes al mes, por lo que el lucro se convierte en algo dificil de justificar en el planteamiento de la propia demanda. Siendo además el ingreso medio por viaje de 50€, teniendo en cuenta el coste de la gasolina, el lucro (si algo hay, porque a veces ek coste de la gasolina puede ser superior al precio pagado) es muy bajo (podemos estimarlo en unos 20/25 €). La afirmación del lucro es que no se sostiene la verdad. Si a eso añadimos que el porcentaje de usuarios fraudulentos es de un 0.2% de los usuarios, porque la propia aplicación tiene mecanismos de prevención de fraude, debemos concluir que no es posible juzgar a una comunidad de más de 2 millones de usuarios por un porcentaje que es visiblemente residual.


Por otro lado, las propias declaraciones de la patronal no encajan dentro de la lógica. Ya que señalan que el consumo colaborativo es una falacia, pero a la vez, dicen que viajar en autobús es lo más colaborativo que hay. Señalan que no están en contra de compartir coche pero, que están en contra de cobrar por ello, ponen por ejemplo a Facebook, cuando la gente crea grupos de contacto sin cobrar; pero olvidan que Facebook tiene ingresos por insertar publicidad al lado de esos grupos ¿Demandarán a Facebook por ello?
Esto, añadido al hecho de que la patronal haya culpado en otras ocasiones a la crisis y a RENFE por la caída de la actividad en su sector, me lleva a pensar que Blablacar es la nueva gran excusa que ponen a la situación. Es curioso, porque también han presentado denuncias a RENFE por temas de competencia.
Es curioso que se pida protección a los tribunales frente a hechos que son propios de una gestión empresarial. Si no eres capaz de levantar tu negocio por causas del entorno, trata de adaptarte al entorno (Como así han hecho muchas empresas) y no "lloriquees" ante nuevas formas de negocio.


Debo insistir (y espero que el lector me perdone por ello) que los modelos de negocio cambian con el tiempo. Ahora toca esperar a que cambien las leyes y la mentalidad de muchos lobbies, patronales, asociaciones y empresas.

Espero que este despropósito (pues lo es) termine pronto, porque es que es la única demanda que hay de Blablacar en los 19 países en los que la compañía está presente.

Estas cosas solo pasan en nuestro país.

Y así nos va,

JIV

2 comentarios:

csc dijo...

BlaBlaCar puede no ser una compañía de transportes, pero si que es un intermediario para conseguir billetes, títulos de transporte o derechos sobre un transporte. Además cobra su correspondiente corretaje, por lo que como mínimo se le debería considerar equiparable a una agencia de viajes.

Lo mejor sería hacer rápidamente una normativa nueva, o anular las anteriores y liberalizar totalmente el sistema.

Parece muy guay hablar de economía colaborativa en lugar de trueque.... pero es que el tema ya estaba inventado, solamente consiguen mejorar la accesibilidad al trueque.

Coincido en que los demandantes no atinan bien con lo que piden, pero la gente en crisis muchas veces no piensa con la cabeza y busca enemigos donde no los hay.

Espero que se entienda que no estoy frontalmente en contra, sino que abogo porque ya que estamos en un sistema regulado por el estado, que esta regulación sea racional, para todos y equiparable.

No vale todo por ahorrarse unos euros.

José Ignacio dijo...

Es que no es un trueque: Es una prestación de servicios. Por lo que no es aplicable la ley de transportes.
El problema es que uno debe de adaptarse al entorno y no echar balones fuera, que es lo típico en este país: la culpa de que mi negocio vaya mal es de otro (pero tranquilos, que me subo el sueldo como CEO).

Es una pena como se ven las cosas en este país, cuando en otros países, que si están las cosas reguladas por el Estado, la regulación es mucho más racional y acorde con los tiempos.

JIV