domingo, 31 de julio de 2016

BREXIT (I)

Pues sí, mi artículo antes de las vacaciones va a ser sobre el Brexit. Estoy harto de la política nacional; todos esperando a que el "cobarde" Rajoy mueva ficha y todo eso (como me iré de vacas no me enteraré de lo que pase, ya bastante mal está el mundo como encima tener que amargarme yo estos días).

Pues bien, hace ya algo más de un mes, los ciudadanos británicos (los de la isla más Irlanda del Norte) decidieron irse de la UE en referéndum. Referéndum que pocos han advertido que no era vinculante, convocado sin que nadie lo pidiese y ahora a afrontar todos las consecuencias de un político que no va a pasar a la historia por ser el mejor de su partido, David Cameron. Un personaje que me recuerda mucho a Zapatero, pero en su versión conservadora. Con tal de ganar unas segundas elecciones prometió algo que nadie pedía (el referéndum), que ahora todos tendremos que pagar sus consecuencias (ya seamos británicos o no). Aunque los peor parados serán los británicos: pues no sólo se afectará al tema económico-financiero (el coste de las importaciones se encarecerá, algunas empresas en Londres se irán a Irlanda o algunas retornarán a sus orígenes), sino también en tema político (a Escocia se la prometió que si votaba no a la independencia iban a permanecer en la UE, ¿ahora qué?; por no hablar de Irlanda del Norte).

Problemas que no existían y que esta versión inglesa de Zapatero (que todavía no comprendo como el PP de Rajoy ha copiado su estrategia) ha provocado todo por mantenerse en el poder. Ahora se va como una rata de cloaca (me las piro, ahí os quedáis con el marrón). Al igual que todos los que apoyaron abiertamente el Brexit (como Farage o B.Johnson), abandonan el buque como ratas. Les importa un bledo que se hunda. Es lo que más asco me da de los políticos: no asumen en su persona las consecuencias negativas o nefastas de su gestión (algo que curiosamente las personas normales si debemos asumir, como es lógico y justo).

Es curioso y sorprendente que nadie se ha dado cuenta de que hay aproximadamente dos millones de británicos que viven en Europa, y que el Brexit les afectará de manera negativa. En España son casi seiscientos mil, y solo un tercio está registrado en los consulados que hay en nuestro país.
Estos residentes en Europa en muchos casos se les ha privado de voto (algo que es una cuestión legislativa británica, la cual no me meteré).

Una frase de The Economist de hace algunos años era muy clara al respecto: "el Reino Unido importa europeos jóvenes e imaginativos y exporta viejos cascados". Frase totalmente cierta, pues los ingleses que residen en nuestro territorio tiene más de 50 años y hacen un buen uso de la sanidad pública (algo que con el Brexit ya no podrán hacer, además de perder otros servicios sociales).

Las consecuencias para la industria turística se plantean altamente negativas. Pues la caída de la libra, supondría un aumento del coste vacacional para el británico medio. Al tiempo, idéntica caída frente al dólar, significará el encarecimiento de las partidas pagadas con esa divisa, como es el combustible (partida que es de las más importantes para las compañías aéreas) o los costes del leasing. Algunos lideres del Brexit, como Farage les da igual que cueste un poco más. Estos tíos no se dan cuenta de lo que dicen. Estamos hablando de un aumento del coste en más de 200 libras por turista.
Además, las compañías aéreas británicas tendrán que renegociar licencias y permisos de forma individual con cada país en vez de operar con un acuerdo general (lo que incrementará los costes burocráticos y de negociación). Algunas se están replanteando recolocarse en un país europeo (como EasyJet), pues perderían algunos derechos en términos de libertad de circulación al final de un período transitorio.

El propio secretario general de la OMC habrá que renegociar los términos de pertenencia y todo el tema del comercio, pues fueron negociados como país miembro de la UE.

En fin, lo curioso es que la política es que siempre somos los mismos los que pagamos los platos rotos de las pifias de nuestros queridos y estimados políticos (incluso con nuestras propias vidas como se está demostrando recientemente). Pero bueno, debe de ser cosas de nuestro querido Estado Protector…

Y así nos va,

JIV

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