110.000 millones de euros, sí la cifra es correcta. Es la
cifra que nos cuesta a los españoles mantener el Estado de las Autonomías. ¡La
de cosas que se podrían hacer con ese dinero! Sanidad, Educación, políticas de
empleo,….
Vamos, que no sería necesario pedir ningún rescate si no tuviéramos
estado de las autonomías.
Algunos partidos políticos, que han perdido el norte (el
sur, el este y el oeste también), sugieren una reforma hacia un federalismo. ¿Qué
diferencia hay en relación a lo que ya tenemos? ¿Más gasto por administración?
¿Más inseguridad jurídica? ¿Menos unidad de mercado? ¿Menos igualdad entre los
españoles?
Habría que especificar. Sin embargo, mientras sigamos
teniendo este descontrol administrativo en la gestión de la cosa pública, este
país no saldrá adelante.
Aunque una eliminación de las autonomías es inviable es
urgente replantearse una reforma constitucional de este desaguisado. El
ciudadano lo agradecerá.
Sin embargo, al ver al gobierno decir que no van a reforzar
nada me da pena, una oportunidad de oro desperdiciada (por culpa de complejos).
Ya que recortando muchas administraciones autonómicas (especialmente las
uniprovinciales), eliminando asesores inútiles (o chupópteros), organismos
extraños (“comisión para el fomento del flamenco”, cuya directora fue nuestra
querida Bibiana Aído, ministra de igualdad), televisiones ruinosas, y empresas
públicas; se ahorraría mucho dinero, y no se tendría que recortar los sueldos
de los funcionarios (cuyos emolumentos están a niveles de hace 5-6 años),
recortar en sanidad, en educación, en inversión de carácter productivo, en
investigación, e incluso en pensiones (nadie se cree que las pensiones se
mantendrán indefinidamente).
Lo que hace falta son gobiernos valientes; nada de gobiernos
incompetentes o con complejos. Más vale hacer las reformas por convicción que
por imposición. Y antes de que sea tarde.
Y así nos va.
JIV
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