A raíz de la reforma educativa que el gobierno pretende
impulsar, ayer se produjo una polémica que no entiendo. El ministro habló de
españolizar, y se montó una marimorena.
El Diccionario de la Real Academia Española define
“españolizar” como: Dar carácter español, (tr) Dar forma
española a un vocablo o expresión de otro idioma; (prnl)
Tomar carácter español o forma española. En otras palabras, ninguna de las
acepciones que los medios de comunicación y partidos señalan u opinan.
Siento disentir de la opinión común en este país: el
ministro tiene razón. Las políticas educativas llevadas a cabo por los gobiernos
nazionalistas catalanes, no sólo el idioma (que muchos hijos de políticos ni
siquiera estudian), sino en otras asignaturas como literatura o historia
demuestran un adoctrinamiento hacia la causa nacionalista que lleva desde los
años 80 gestándose. No hay más que ver la cantidad de jóvenes menores de 40
años manifestarse por la independencia el día de la diada, para darse cuenta de
cuánto daño ha hecho la política nazionalista en la educación de los jóvenes. Muchos
no sólo apenas saben hablar español, sino que encima adolecen de conocimientos
culturales acerca de su historia, deliberadamente tergiversada.
Algunos políticos (del PSOE incluido), desconocen lo que la
constitución dispone. Pues, en efecto, el artículo 3 de la Carta Magna señala
que “El castellano es la lengua española
oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla”. Es decir, todos los
españoles tienen la obligación de saber español y el derecho a usarla. Derecho
que puede analizarse desde su perspectiva negativa, es decir, derecho a no
tener limitaciones y coacciones para utilizar el castellano (Algo que los
nazionalistas catalanes parecen ignorar).
Asimismo, el artículo 9 señala que “Los ciudadanos y los poderes
públicos están sujetos a la
Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. Corresponde a los
poderes públicos promover las
condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los
grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que
impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los
ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social”. Algo que
parecen obviar los susodichos partidos nazionalistas.
Así también, el artículo 27.8 señala que “Los poderes públicos inspeccionarán y
homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las Leyes”.
El artículo 139 por otro lado, señala que “Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en
cualquier parte del territorio del Estado”. Cosa que no sucede en todo el
territorio del Estado (Cataluña por ejemplo).
Y por último, y más importante por el tema de que trata,
ante el incumplimiento de las obligaciones que la Constitución y las leyes (y
también de las sentencias del Tribunal Supremo y del Constitucional), el
artículo 155 señala “Si una Comunidad
Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le
impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de
España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad
Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría
absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla
al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del
mencionado interés general. Para la ejecución de las medidas previstas en el
apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades
de las Comunidades Autónomas”.
Parece ser que el gobierno no es consciente de que debe
obligar a las comunidades autónomas a cumplir las obligaciones que les
corresponden (por elemental principio de jerarquía administrativa). Es triste
ver como el gobierno del Partido Popular les está haciendo la campaña a los
nazionalistas catalanes con respuestas tardías y suaves (en vez de respuestas
rápidas y contundentes). Las declaraciones de ministros como Sáenz de Santamaría,
Gª Margallo y Gallardón no hacen más que dar motivos para la independencia de
Cataluña y combustible a los nazionalistas.
Así también la oposición (salvo UPyD y especialmente el
PSOE) no es consciente de que, para que exista un Estado de Derecho (como
propugna la Constitución), es necesario que el gobierno haga cumplir las leyes
y en caso contrario tome las medidas coercitivas necesarias para hacerlas
cumplir.
Se está dando una imagen al exterior peligrosa. Pues
mientras se exige a los ciudadanos cumplir escrupulosamente con las leyes
(pagar sus impuestos, respetar las leyes de tráfico, etc.), parece que las
administraciones (especialmente las autonómicas) tienen carta blanca para
incumplir reiteradamente la legalidad vigente.
Y así nos va.
JIV
No hay comentarios:
Publicar un comentario