A VUELTAS CON CATALUÑA

Cataluña se ha erigido como defensora a ultranza de los derechos de los animales, que no de las personas (luego no se extrañen de la abstención). El año pasado prohibió, con mucho bombo y platillo, y con mucha hipocresía por parte de los partidos políticos (sobre todo del PSC), las corridas de toros a partir de 2012. Pero, a la vez que hacía esto blindó los correbous, los bous al carrer y algunas fiestas de encierros, al considerarlos bien cultural (algunas de estas fiestas apenas tienen 30 años de implantación); encierros en los que, en muchos casos, el animal acaba ciego o con quemaduras (que por cierto son dolorosas), pero claro, la muerte es más grave que la tortura gratuita. ¿Ven ustedes? Esto se llama HIPOCRESÍA.

Y además, según algunos medios de comunicación (no sé si la noticia es fiable o no), parece ser que la Generalidad de Cataluña está autorizando la caza de jabalíes con arco (tradición medieval). Lo gracioso está en el arma con que se caza al jabalí, ¿no sería mejor dardos tranquilizantes?. Tiene gracia la cosa. Las corridas de toro son maltrato y tienen que prohibirse, aunque se provoque el cierre de negocios (restaurantes, ganadería, tiendas, etc) y deje en la calle a miles de familias, eso no importa; pero no se considera maltrato cazar un jabalí con arco (si todavía fuera ballesta, pues la piel del jabalí no es demasiado fina precisamente), o ciertas corridas de moderna implantación.

Dios mío, como está este país.

Así nos va.

JIV