miércoles, 22 de julio de 2015

SOBRE BALANZAS


El otro día el Ministerio de Hacienda publicó el informe de balanzas fiscales. Para que nos hagamos una idea, es, a trazos gordos, una balanza que pone en un lado lo que se da y en otro lo que se recibe. Y al final sale el resultado o saldo, si éste es positivo, significa que la región ha recibido más, y a la inversa, si es negativo es que ha aportado más.

Pues bien, según dicho informe Madrid tiene un saldo negativo de unos 19.000 millones de euros (lo que significa que aporta esa cantidad más de lo que recibe), mientras que Cataluña tiene un saldo negativo de unos 7.439 millones. Es decir, Madrid tiene un saldo fiscal negativo 2,5 veces superior (lo siento por el señor Arturo y sus secuaces, Madrid aporta más que Cataluña).
Los mayores saldos fiscales negativos corresponden a Madrid, Cataluña, Valencia (1.450 millones) y Baleares (1.330).

Por el otro lado, las demás regiones presentan saldos fiscales positivos. Liderando la lista, Andalucía (la única región que no ha tenido un cambio de gobierno en 30 años de democracia, qué cosas), con un saldo de 8.500 millones de euros.

Suponiendo que estos datos sean ciertos (pues las fechas de la publicación me hacen dudar de su veracidad al 100%), habrá que tomarlos como aproximados. Aunque lo que sí que es cierto es que el objetivo buscado es contrarrestar todos esos mensajes de falta de solidaridad que desde algunas regiones se lanza y de latrocinio por otros (¿Verdad que sí Arturo?)

No obstante habría que señalar tres puntos interesantes:
  • Primero, los que pagan son los mismos desde hace varias legislaturas.
  • Segundo, los que reciben, también son los mismos (¿Pura coincidencia?).
  • Curiosamente esa ayuda o redistribución no ha llevado a que esas regiones hayan cambiado y mejorado en facilidades para crear empresas y empleo (en otras palabras, riqueza). Las regiones que son campeonas europeas en desempleo e intervencionismo son, no por casualidad, las mismas y las que más reciben (en otras palabras, Andalucía).

No puedo ser sino crítico ante tal situación. No puede ser que este modelo tenga tales incentivos, que no son sino perversos (cuanto peor lo haces, más recibes). Es tal esta situación que es muy razonable que las regiones (y los ciudadanos que residen en ellas) que más aportan pidan explicaciones (o al menos deberían hacerlo).

Necesitamos un modelo mucho más eficiente y que nos cueste menos. No puede ser que el Estado tenga que endeudarse para rescatar a las regiones más irresponsables. No puede ser que en España haya más regiones autonómicas y con más competencias que los länders alemanes. Y tampoco vale apelar al victimismo, que es una excusa infantil, pues ha habido tiempo para arreglar las cosas.

Un sistema autonómico o federal no puede basarse en otra cosa que no sea una responsabilidad crediticia ni debe basarse en un rescate eterno (como si Papá Estado tuviera la cartera llena de billetes). El derecho a déficit no existe, por mucho que algunas regiones se empeñen.

Algunos hablan de que las comunidades autónomas no gastan mucho, pues el 70% es para sanidad y educación, pero no se habla de las duplicidades e ineficiencias que supone tener decenas de administraciones paralelas. Eso sin comentar los resultados nefastos del informe PISA y la multiplicación de gasto desde que se transfirieron esas competencias.
Para que los lectores se hagan una idea. El "gran" Aznar descentralizó la Sanidad a las diez CC.AA que no tenían competencias. En consecuencia, se perdió la economía de escala que tenía el Estado, perdiendo un gran poder de compra en favor de 17 centrales de compra; y además se multiplicaron los equipos gestores y administrativos (más enchufismo en definitiva). Esto supone que el gasto en sanidad pasó de unos 38.500 millones de euros en 2002 a 88.800 en 2010 (más del doble), lo que implica un incremento de un 11% anual compuesto.

Si no podemos eliminar el estado autonómico (porque desde un punto de vista real ello no es posible); al menos cambiemos "el chip". Responsabilidad crediticia implica que el FLA no se convierta en un premio al alumno vago. Los errores de una administración no deben ser cubiertos con el dinero de otros. Una cosa es ser solidario y otra que te traten como a un idiota.

Un estado autonómico más eficiente implica competencia fiscal. Eliminando costes burocráticos (menos enchufismo y clientelismo, y funcionarios elegidos a dedo o cono oposiciones a medida) e impuestos confiscatorios, para atraer a las empresas y ciudadanos. Un modelo que apueste por la unidad de mercado real, que integre en vez de dividir y generar inseguridades o beneficios en favor de unas regiones (aquí, lo siento por vascos y navarros, pero el régimen foral debería tener los días contados).

En definitiva un modelo territorial eficaz para crear riqueza, empleo y oportunidades (y no comités, observatorios y demás memeces) y sostenible sin incentivos para cavar el agujero más hondo. Pues tal y como está diseñado es una auténtica ruina; como bien señala Roberto Centeno en este artículo:
http://blogs.elconfidencial.com/economia/el-disparate-economico/2015-07-20/el-estado-autonomico-sera-la-ruina-de-espana_935102/

Y así nos va,

JIV

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