lunes, 4 de abril de 2016

LAS PENSIONES. DATOS OCULTADOS POR EL GOBIERNO DE RAJOY.

No ha habido una reforma más relevante durante el gobierno de Mariano Rajoy que el de las pensiones, en donde los jubilados han sido el colectivo que más ha recibido atención. En efecto, una de las promesas que Rajoy hizo fue el que nunca congelaría las pensiones (y que sería lo último que se tocaría). En cierto modo ha sido una promesa cumplida. Si bien hay que tener en cuenta que hizo trampa entre 2012 y 2013, puesto que no actualizó las prestaciones en relación al incremento del IPC. Pero a pesar de ello, "técnicamente", no congeló las pensiones.

Para garantizar la sostenibilidad de las pensiones, según el argumentarlo el gobierno del PP, se incluyó una cláusula dedicada al nuevo Índice de Revalorización (IRP). Los expertos que el Gobierno convocó plantearon una fórmula que se dirigía a equilibrar los ingresos y los gastos a lo largo del ciclo. En el siguiente artículo (http://nadaesgratis.es/j-ignacio-conde-ruiz/el-nuevo-factor-de-sostenibilidad-del-sistema-publico-de-pensiones-en-espana) Rafael Domenech y Víctor Pérez, explican el sistema del siguiente modo: "La revalorización de las pensiones vendrá dada por la diferencia entre la tasa de crecimiento nominal de los ingresos a la Seguridad Social y la tasa de crecimiento de los gastos si no se actualizasen las pensiones".

En otras palabras. Se calculan los ingresos y gastos y se ajustan las prestaciones en consonancia. Si hay más ingresos, es posible subir más las pensiones, en caso contrario, habrá que congelarlas o incluso bajarlas. Claro, que siempre hay alternativas si un gobierno no quisiera asumir el coste electoral de la medida (congelación o disminución de la pensión), tales como sacar las prestaciones del sistema, financiarlo via impuestos…

Pero, si se destina más dinero a través de los presupuestos se está reconociendo implícitamente que el sistema (pese a todo lo dicho) no es sostenible. Y tiene un segundo coste que a veces no se tiene en cuenta, si se pagan las pensiones con impuestos, o se suben o hay que recortar en otras partidas.

El hecho de aprobar el IRP hizo que se introdujese algo de claridad en el sistema. Esta claro que cada gobierno de turno podrá actuar a discreción, pero en teoría, los interesados en la información podrán saber como están las cuentas (expertos, analistas, cargos en Bruselas, ciudadanos de a pie…). Pero solo en teoría, pues el gobierno no ha publicado la cifra real del IRP en ningún solo año. Sencillamente, se publicaba una disposición que establecía que las pensiones se revalorizaban un 0,25% (https://www.boe.es/boe/dias/2015/12/30/pdfs/BOE-A-2015-14267.pdf). Pero nadie sabe cual es la cifra real del IRP. Algunos la estiman que está por debajo del 0,25%, incluso negativa. Concretamente se piensa que el índice para 2014 fue de -2,57%, en otras palabras, un descuadre de casi tres puntos. La transparencia brilla por su ausencia en un tema tan importante como este. Y por supuesto, el Ministerio de Empleo no da las cifras, cuando deberían estar publicadas. Aunque a mi no me parece nada extraño la verdad.

La autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF), organismo creado por el gobierno presionado por Bruselas para el control de las cuentas públicas, ha insistido en la publicación del dato. La AIREF publicó el pasado noviembre un informe sobre este ratio IRP (http://www.airef.es/es/contenidos/opiniones/386-la-airef-considera-que-corresponde-aplicar-la-subida-minima-de-las-pensiones), en el que afirmaba textualmente que "con los valores utilizados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, corresponde aplicar a las pensiones contributivas la subida mínima del 0,25%& en 2016".

Pero esta autoridad no da una cifra del IRP, pues no tiene los datos necesarios para su cálculo. A pesar de que señala en aplicar tal subida a las pensiones hay unas cuantas advertencias que es preciso tener en cuenta:
Ø      El propio Ministerio no ha facilitado a la autoridad fiscal información detallada sobre el escenario macroeconómico subyacente en sus previsiones y tampoco sobre las fuentes de ingresos.
Ø      El IRP tiene un claro impacto en la sociedad y es un elemento clave para reforzar la sostenibilidad a medio plazo del sistema de pensiones. Se solicita más transparencia en su cálculo (advertencia realizada ya en 2015).
Ø      La publicación de las series de datos para su cómputo (ingresos y gastos y los supuestos macroeconómicos subyacentes) así como el resultado obtenido en el cálculo del IRP, aportaría transparencia y una mayor compresión por parte de los ciudadanos de este mecanismo.
Ø      En virtud del a DA 1ª de la Ley 23/2013 la información debe ser publicada.

Pero, el lector se preguntará (y con razón), a dónde quiero ir a parar. Pues esta claro, ¿Por qué oculta una cifra que le puede servir, en teoría, para sacar pecho ante sus votantes?
Respuesta sencilla, el IRP ha sido negativo en los últimos tres años. Lo que implica necesariamente que las pensiones deberían haber bajado para garantizar su sostenibilidad. La decisión política de fijar un mínimo del 0,25% ha permitido subir las pensiones de manera ligera, así les venden a los pobres jubilados la mentira de que, gracias a que el IPC está en negativo, han ganado poder adquisitivo en esta legislatura. Verdad, pero a costa de la sostenibilidad a medio plazo de las pensiones (y cuando digo medio plazo digo 2-3 años).

Hay una respuesta algo más complicada. Hay otra razón por la cual no se publica el IRP. La reforma de las pensiones se aprobó con un lema, "sostenibilidad". Lo que hizo el gobierno del PP es que se asume el coste de las reformas con el objetivo de asegurar las cuentas a medio plazo. Así, en 2013, fecha clave en donde los inversores internacionales y socios europeos tenían la mirada en las cuentas públicas no era una cuestión baladí. Se aprobó una reforma que abría las puertas a reducir las pensiones si no había suficiente liquidez para su pago. Algo valiente, pero que no es tal.
Si el índice IRP es negativo y el límite mínimo del 0,25 % entra en juego casi siempre, entonces es como si no se hubiera aprobado la reforma. Es una mentira muy calculada, pero una mentira al fin y al cabo. Y esto tiene repercusiones importantes. Un IRP negativo, pero con subidas de la pensión (al porcentaje ya citado) implica que desaparece la propia definición de sostenibilidad, pues no se aplica el índice que compensa los gastos e ingresos.
La clave está en cuantos años entra en juego este índice. Pues cuando se aprobó la reforma, parecía que el IRP iba a estar muy por encima del 0,25% y que solo en los años de crisis con pocos cotizantes o de inflación reducida el resultado sería inferior. Así, el ya mencionado límite mínimo actuaría como un recurso de última instancia para evitar pérdidas de poder adquisitivo en los peores momentos.

Pero si todos los años se aplica la revalorización es porque el IRP es inferior a ese limite, por lo que el IRP deja de tener sentido. La excepción convertida en regla. El sistema es igual de insostenible que antes, pero nos creemos el cuento del gobierno. Bien hecho Mariano.
Lo grave es que incluso es peor, porque hasta 2013 las pensiones se revalorizaban conforme al IPC (o no subían nada si éste era negativo) y han subido con un IPC negativo. Mensaje que se envía muy peligroso, y que es mejor que pocos los sepamos. Salvo que alguien del gobierno piense que es mejor ocultar la cifra real: pues parece que hay un agujero que ya se vio en la reforma, pero que no se sabe la magnitud del mismo.

Apañados vamos, bueno, apañados los pensionistas que en pocos años se quedarán sin pensión. Pero algunos insisten en votar a ese partido (en fin luego nos quejaremos).

Y así vamos,


JIV

1 comentario:

José Ignacio dijo...

Por si alguien no se entera. El agujero es más grande de lo que se piensa.
http://vozpopuli.com/analisis/79229-las-irreales-previsiones-del-pp-sobre-la-seguridad-social