sábado, 30 de septiembre de 2017

SOBRE INDEPENDENCIA DE CATALUÑA

La independencia no es lo mejor.

Países como Alemania, Italia, Bélgica, Francia vetarían el ingreso de Cataluña (además de España claro). Consecuencia: Se dejan de aplicar todos los tratados sobre libre circulación de personas y mercancías, además de abandonar el euro (inflación, devaluación interna y pérdida de poder adquisitivo).

Según datos del INE y el Eurostat, el déficit exterior en Cataluña es de 13.000 millones de euros, es decir el 6,5 % del PIB. Multinacionales de alimentación y farmacia abandonarían la región al perder la oportunidad de abastecer al resto de España, pues el negocio con España representa entre el 50 y el 80%.
A esto se suma la industria de la automoción (clave), que tendría que trasladarse debido a los aranceles a sus exportaciones a la UE (debido a la política comercial común, los productos comunitarios no tienen aranceles, lo que abarata su precio y facilita su exportación entre los miembros de la UE, como unión aduanera).
Cataluña perdería unos 8.000 millones de euros en estas tres industrias. Siendo generosos, estamos hablando de un 5,5 del PIB y de una destrucción de 200.000 puestos de trabajo a tiempo completo (nada de contratos basura o temporales).

La balanza comercial es excedentaria para Cataluña. Esto quiere decir que de los 20 principales mercados, 11 son regiones españolas. Más de un 50% de los clientes de Cataluña se concentra en España. Por poner un ejemplo, se manejan datos de que Cataluña vende más a Aragón de lo que exporta a Francia o Alemania.
Esta balanza es de 61.000 millones de euros de ventas a España, siendo las Importaciones de 43.000 millones. Es superávit comercial que se perdería o se pone en serio peligro en caso de independencia. No hay una región en el mundo con esta posición de dominio con respecto al resto de componentes del país al que pertenece.

Pero, ¿Porqué se perdería este superávit? Porque no hay nada que produzca Cataluña que no se pueda producir en el resto de España.
Además, la ruptura provocaría un efecto rechazo (ya está pasando) en los bienes y servicios que produce la región, y en su defecto, se verán reducida su venta por aparición de productos nacionales sustitutivos. De hecho, se habla de una reducción de un 70% si la ruptura es amistosa y de un 90% si no lo es. Eso supone una pérdida de un 30% xe su PIB.

Vale. No es grave. Se puede financiar con deuda pública, vedad? Pues no. Téngase en cuenta que los acreedores tienen como garantía jurídica el territorio y la deuda grava el territorio, comprometiendo al viejo y al nuevo gobierno y es imposible repudiar la responsabilidad de las deudas del Estado; conservando sus derechos a pesar de las transformaciones territoriales del estado deudor. Esto se basa en que los territorios del Estado deudor han sacado provecho de los créditos que contrataron. Es el caso catalán.

En otras palabras, la deuda previa hay que pagarla antes de volver a emitir nueva; en caso contrario nadie comprará esa deuda y el nuevo estado catalán tendrá que financiarse sin el paraguas del Banco Central Europeo, lo que conllevará una suspensión pagos.

Según datos del INE las empresas catalanas deben 321.000 millones y las familias 102.000 millones. La consecuencia de salir del euro es que la nueva moneda de devaluaría de inmediato en un 30% mínimo, lo que conlleva un aumento de la deuda real. Siendo desastroso para empresas y familias ya que la drástica depreciación de sus patrimonios y el mantenimiento de la deuda contraída en euros sería imposible de pagar.

Bueno, siempre nos quedarán las pensiones. Ay! Tampoco.
Cataluña tiene un gasto en pensiones de 23.000 millones de euros anuales. Los ingresos ascienden a 18.195 millones, lo que representa un déficit de casi 5.000 millones. Déficit que se cubre gracias a la barra libre del Banco Central Europeo.
En caso de independencia esta barra libre desaparece y habría que devaluar las pensiones en un 20% (excluyendo el efecto inflación).


Conclusiones.

La independencia supondría un coste de un 30% del PIB por caída del comercio exterior.
La moneda catalana se devaluaría un 30%, lo que llevaría la deuda pública al 200% del PIB., suspensión de pagos por falta de financiación y colapso financiero de familias y empresas endeudadas en euros.
Destrucción de 200.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
Dificultades de financiación por imposibilidad de seguir financiando la inversión en Cataluña con el ahorro captado del resto de España vía Caixabank o Sabadell, fuga de depósitos en euros, cierre de la compra de deuda por el BCE y la no captación de fondos de los mercados externos por la citación de endeudamiento, colapsarán la economía de la región.
Los pensionistas perderán más de un 20% de su pensión (efecto devaluación de moneda, déficit de la caja de pensiones), al igual que los sueldos de los empleados públicos (televisión catalana incluida), que no podrán mantenerse.

¿La gente sabe todo esto?

Pues claro que no,

Y así nos va.


JIV

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