La independencia no es lo mejor.
Países como Alemania, Italia, Bélgica,
Francia vetarían el ingreso de Cataluña (además de España claro). Consecuencia:
Se dejan de aplicar todos los tratados sobre libre circulación de personas y
mercancías, además de abandonar el euro (inflación, devaluación interna y pérdida
de poder adquisitivo).
Según datos del INE y el
Eurostat, el déficit exterior en Cataluña es de 13.000 millones de euros, es
decir el 6,5 % del PIB. Multinacionales de alimentación y farmacia abandonarían
la región al perder la oportunidad de abastecer al resto de España, pues el
negocio con España representa entre el 50 y el 80%.
A esto se suma la industria de la
automoción (clave), que tendría que trasladarse debido a los aranceles a sus
exportaciones a la UE (debido a la política comercial común, los productos
comunitarios no tienen aranceles, lo que abarata su precio y facilita su
exportación entre los miembros de la UE, como unión aduanera).
Cataluña perdería unos 8.000
millones de euros en estas tres industrias. Siendo generosos, estamos hablando
de un 5,5 del PIB y de una destrucción de 200.000 puestos de trabajo a tiempo
completo (nada de contratos basura o temporales).
La balanza comercial es
excedentaria para Cataluña. Esto quiere decir que de los 20 principales
mercados, 11 son regiones españolas. Más de un 50% de los clientes de Cataluña
se concentra en España. Por poner un ejemplo, se manejan datos de que Cataluña
vende más a Aragón de lo que exporta a Francia o Alemania.
Esta balanza es de 61.000
millones de euros de ventas a España, siendo las Importaciones de 43.000 millones.
Es superávit comercial que se perdería o se pone en serio peligro en caso de
independencia. No hay una región en el mundo con esta posición de dominio con
respecto al resto de componentes del país al que pertenece.
Pero, ¿Porqué se perdería este superávit?
Porque no hay nada que produzca Cataluña que no se pueda producir en el resto
de España.
Además, la ruptura provocaría un
efecto rechazo (ya está pasando) en los bienes y servicios que produce la región,
y en su defecto, se verán reducida su venta por aparición de productos
nacionales sustitutivos. De hecho, se habla de una reducción de un 70% si la
ruptura es amistosa y de un 90% si no lo es. Eso supone una pérdida de un 30%
xe su PIB.
Vale. No es grave. Se puede
financiar con deuda pública, vedad? Pues no. Téngase en cuenta que los
acreedores tienen como garantía jurídica el territorio y la deuda grava el
territorio, comprometiendo al viejo y al nuevo gobierno y es imposible repudiar
la responsabilidad de las deudas del Estado; conservando sus derechos a pesar
de las transformaciones territoriales del estado deudor. Esto se basa en que
los territorios del Estado deudor han sacado provecho de los créditos que
contrataron. Es el caso catalán.
En otras palabras, la deuda
previa hay que pagarla antes de volver a emitir nueva; en caso contrario nadie
comprará esa deuda y el nuevo estado catalán tendrá que financiarse sin el
paraguas del Banco Central Europeo, lo que conllevará una suspensión pagos.
Según datos del INE las empresas
catalanas deben 321.000 millones y las familias 102.000 millones. La consecuencia
de salir del euro es que la nueva moneda de devaluaría de inmediato en un 30% mínimo,
lo que conlleva un aumento de la deuda real. Siendo desastroso para empresas y
familias ya que la drástica depreciación de sus patrimonios y el mantenimiento
de la deuda contraída en euros sería imposible de pagar.
Bueno, siempre nos quedarán las
pensiones. Ay! Tampoco.
Cataluña tiene un gasto en
pensiones de 23.000 millones de euros anuales. Los ingresos ascienden a 18.195
millones, lo que representa un déficit de casi 5.000 millones. Déficit que se
cubre gracias a la barra libre del Banco Central Europeo.
En caso de independencia esta
barra libre desaparece y habría que devaluar las pensiones en un 20%
(excluyendo el efecto inflación).
Conclusiones.
La independencia supondría un
coste de un 30% del PIB por caída del comercio exterior.
La moneda catalana se devaluaría
un 30%, lo que llevaría la deuda pública al 200% del PIB., suspensión de pagos
por falta de financiación y colapso financiero de familias y empresas
endeudadas en euros.
Destrucción de 200.000 puestos de
trabajo a tiempo completo.
Dificultades de financiación por
imposibilidad de seguir financiando la inversión en Cataluña con el ahorro
captado del resto de España vía Caixabank o Sabadell, fuga de depósitos en
euros, cierre de la compra de deuda por el BCE y la no captación de fondos de
los mercados externos por la citación de endeudamiento, colapsarán la economía
de la región.
Los pensionistas perderán más de
un 20% de su pensión (efecto devaluación de moneda, déficit de la caja de
pensiones), al igual que los sueldos de los empleados públicos (televisión
catalana incluida), que no podrán mantenerse.
¿La gente sabe todo esto?
Pues claro que no,
Y así nos va.
JIV
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