sábado, 31 de enero de 2015

SOBRE GRECIA (I)

Hoy vamos a hablar sobre Grecia. Sí. Lo veo muy interesante, sobre todo por las influencias que puede tener sobre España y su panorama electoral (que menudo desastre se nos plantea). Muy pocos medios de comunicación les hablarán de lo que yo en dos posts les comentaré. Es muy importante. Todo el mundo señala que la sociedad griega es inocente y que no debe apechugar con sus errores. Quienes debemos de pagar sus errores somos los demás. Al menos eso es lo que eligieron la semana pasada cuando la Izquierda Radical Griega (el espejo de Podemos) ganó rozando la mayoría absoluta.
 
Pues bien, empecemos. Grecia no sólo es un país quebrado, sino una de las economías más pobres y menos desarrolladas de Europa desde hace décadas, a pesar de estar en el euro (cosa que creo fue un error y una estafa por parte del gobierno griego que falseó las cuentas, como ya se verá). Y ello, pese a seguir, curiosamente, los dictados de la izquierda radical, puesto que el Estado heleno se ha caracterizado por ser uno de los más intervencionistas de Europa (ocupaba el puesto 100 del ranking mundial sobre facilidad para hacer negocios cuando estalló la crisis del euro) y con uno de los mayores niveles de gasto público.
 
Y es que, el origen de la tragedia griega, muy al contrario de lo que defienden Syriza o Podemos (“la culpa es de otro”), no radica en la pretendida austeridad, sino en su desbocado e insostenible sector público. Les voy a dar datos. Grecia fue el país de la UE que más aumentó su gasto público real (un 80% entre 1996 y 2008) y su deuda pública (un 400% superior a sus ingresos públicos en 2011) durante los felices años de la burbuja crediticia (aquí hay que reconocer parte de culpa del Banco Central Europeo, pero eso se merece otro post). Pero estas grandes cifras, siendo relevantes, se tradujeron en hechos muy concretos, cuya realidad ocultan hábilmente partidos como Syriza en Grecia o Podemos en España (insisto: “la culpa es de otro”).
 
En 10 puntos (algunos se verán en otro post), se resumen las diez vergüenzas de Grecia que la izquierda europea (vuelvo a insistir: “la culpa es de otro”) se niega a reconocer, en donde la ruina helena es una historia llena de mentiras, despilfarros y una enorme hipocresía.
 
1. Mintieron sobre el déficit público 
 
Lo primero que cabe señalar es que los políticos griegos ocultaron su déficit público real durante años. Cuando el nuevo gobierno de Atenas (el de Giorgos Papandreu) llegó al poder en 2009, se encontró un agujero fiscal equivalente al 14% del PIB, frente al dato oficial del 3,7% comunicado a Bruselas (y algo parecido sucedió aquí en España: ¿Ven como en algo nos parecemos?). De un día para otro, el déficit pasó de 7.000 a cerca de 30.000 millones de euros, casi cuatro veces más. Este manifiesto engaño evidencia la enorme irresponsabilidad política de los distintos gobiernos griegos.
 
2. Atenas recurrió a la banca de inversión
 
La izquierda carga constantemente contra los mercados, en general, y la malvada banca de inversión, en particular, pero olvidan que su admirada Grecia recurrió a los financieros de Wall Street para ocultar sus desastrosas cuentas públicas.
El anterior Gobierno presidido por Giorgos Papandreu reconoció que Grecia mintió en las cifras de déficit y deuda para entrar en el euro y, por tanto, ofreció datos falsos hasta 2009, valiéndose, entre otros, de los servicios de Goldman Sachs. A este respecto, cabe señalar que el hoy presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, dirigía las operaciones de Goldman en Europa en 2002, cuando Grecia inició sus fraudulentas operaciones de ingeniería financiera.
 
3. El Estado causó la quiebra de la banca
 
Otra verdad incómoda es que, en el caso de Grecia, la quiebra de la banca fue responsabilidad directa del Estado heleno, no al revés (como sucedió en Irlanda o en Islandia). Las entidades financieras se cargaron de deuda pública helena durante los años de la burbuja para financiar el enorme y suntuoso gasto de los distintos gobiernos. Por ello, la banca griega entró en quiebra cuando se aplicó una quita del 50% sobre los bonos helenos en manos de los acreedores privados en 2011, tras acordar el segundo plan de rescate con la troika.
 
Posteriormente, Europa tuvo que inyectar dinero extra para salvar los depósitos de Grecia. Es decir, los depositantes griegos fueron rescatados con el dinero de los contribuyentes europeos a través de la troika, después de que la insolvencia de Atenas arrastrara a la banca nacional a la quiebra.
 
4. Vida a todo tren, pero con el dinero de otros.
 
Durante la burbuja, Grecia vivió muy por encima de sus posibilidades reales, recurriendo a una ingente deuda pública para poder financiar ese insostenible nivel de gasto (algo que los de izquierdas nunca entenderán). Más de la mitad de la economía griega dependía, de una u otra forma, del maná estatal, creando así una gran estructura clientelar a base de enchufes, corrupción y subvenciones. Algunos ejemplos:
  • Durante años, y pese a tener un PIB per cápita muy inferior al de España, el salario mínimo en Grecia era un 50% superior.
  • Durante décadas, cuando un partido llegaba al poder enchufaba a gente en el sector público a cambio de su voto, acrecentando de forma insostenible la plantilla estatal.
  • El Hospital Evagelismos, uno de los principales de Atenas, por ejemplo, llegó a tener en nómina a 45 jardineros para cuidar de las cuatro macetas de su entrada; algunos organismos públicos contaban con 50 conductores por cada coche; un antiguo ministro de Agricultura creó una unidad no contabilizada que daba empleo a 270 personas para digitalizar las fotografías de las tierras públicas griegas, sin que ninguno de los contratados tuviera experiencia en fotografía digital, ya que eran carteros, peluqueros, agricultores y, en general, afiliados del partido...
  • El gasto en educación, sanidad y política social fue, de lejos, el que más aumentó hasta el estallido de la crisis de deuda, superando el 31% del PIB en 2012.
    Además, Grecia, el gran referente de la izquierda radical, era el país de la UE que más dinero destinaba a gasto militar antes de la crisis, con una media superior al 4% del PIB.
     
5. Exceso de funcionarios e ineficiencia
 
El empleo público es, sin duda, uno de los grandes paradigmas del despilfarro griego (una de las promesas de Podemos, por cierto era la creación de más de 2 millones de empleos públicos). 
  • Durante la burbuja, Atenas ni siquiera sabía cuántos empleados tenía en nómina: los sindicatos estimaban unos 700.000, mientras el Gobierno hablaba de 800.000; pero, sumando los contratos temporales, la cifra superó el millón de personas en 2007, equivalente al 10% de la población y a casi el 20% de la fuerza laboral del país.
  • Ganaban una media de 1.350 euros mensuales, superando el sueldo medio existente en el sector privado. Pero lo relevante es que la ganancia real de los empleados púbicos era muy superior: además de cobrar dos pagas extra, recibían pluses y remuneraciones adicionales aduciendo todo tipo de excusas, como llegar al trabajo en el horario previsto, presentarse correctamente vestido, usar ordenador o hablar idiomas (cuando muchas de estas cosas son obligaciones por sencillas normas de comportamiento y convivencia). Los guardas forestales, por ejemplo, recibían un plus por trabajar al aire libre.
  • Sumando todas las extras, los funcionarios de Grecia llegaron a ganar de media más de 70.000 euros al año frente a los 55.000 euros de Alemania.
  • Asimismo, los funcionarios también disfrutaban de una pensión vitalicia de 1.000 euros mensuales para las hijas solteras de empleados fallecidos, entre otros muchos privilegios y prebendas.
  • Grecia tenía cuatro veces más profesores que Finlandia, el país que mejor nota saca en el Informe PISA de calidad educativa, pero esa superpoblación de docentes sólo le ha servido para estar entre los países europeos con peor nivel en casi todas las pruebas de Enseñanza (en resumen: profesores enchufados y con marcado perfil político). Muchos griegos que envían a sus hijos a las escuelas públicas tienen que contratar luego profesores particulares de refuerzo (con lo cual les hubiera salido mejor un colegio privado).
  • Otro dato curioso es que su Sanidad pública era de las que más invertía en suministros, superando la media de la UE, sin que los griegos sufrieran más enfermedades que el resto de europeos. ¿Razón? Uno de los muchos escándalos destapados durante estos años es que era tradición entre médicos y enfermeras salir de los hospitales cargados con todo tipo de material higiénico y sanitario... 
 
Continuará…
 
JIV

3 comentarios:

Tòfol dijo...

Bien documentado artículo que suscribo plenamente. Solo una cosa quisiera decir, y es que en realidad, Syriza saco 99 escaños y el siguiente Nueva Democracia 76, lo que pasa es que en Grecia, quien gana se lleva 50 escaños adicionales por lo cual Syriza se queda con 149 escaños.

Es cierto que se quedó a 2 escaños de la mayoría absoluta, pero conviene explicar que solo por las peculiaridades del sistema Griego.

En España, con este porcentage de votos se hubiera quedado a unos 50 escaños de la mayoría absoluta, o sea, hubiera tenido que pactar con el principal partido de la oposición o con el conjunto de todos los demás, sin descartar que la oposición hubiera pactado con los demás dejando fuera a Syriza.

Todo el mundo habla de mayoría absoluta de Syriza dando la impresión de que han arrollado, pero no ha sido así.

Saludos

csc dijo...

Ahora me empiezan a cuadrar las cuentas... no entendía que por pasar del 27 al 36% de votos se doblaran los escaños.... Curioso sistema el griego, eso de los 50 diputados de propina...

En cuanto a lo dicho en el artículo, lo suscribo de cabo a rabo.

José Ignacio dijo...

Ya he hecho una apreciación al tema del sistema electoral griego, estimado Tófol.

Saludos cordiales.