6) ¿Qué función debe
desempeñar la propiedad privada?
La propiedad es una relación que
surge de forma natural entre los seres humanos y las cosas materiales. La
propiedad y los derechos de propiedad hacen posible el cálculo económico, una
más amplia y más productiva división del trabajo y, por lo tanto, un incremento
en los niveles de prosperidad. Efectivamente, la propia civilización es
inconcebible en ausencia de propiedad privada. Cualquier infracción contra la
propiedad da lugar a una pérdida de libertad y prosperidad. (Escuela
Austriaca)
La propiedad está en el centro de
las más serias desigualdades y opresiones en la civilización moderna. Sólo
mediante la regulación, las transferencias de pagos, la redistribución de la
propiedad y la posesión común puede la sociedad alcanzar la ecuanimidad, la
justicia y la dignidad humana para todos. (Socialista)
La propiedad es un importante
componente de nuestro sistema social pero su status de “derecho” es
contingente. Ha de estar sujeta a la regulación y modificación por el bien
común. El Estado debe intervenir para evitar los abusos del poder económico,
incluso a costa de reducir las tradicionales prerrogativas de los propietarios.
(Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)
La propiedad desempeña una función
central en la prosperidad y en el crecimiento económico. Por consiguiente, es
de la mayor importancia que el Estado, o más abstractamente la ley, mantenga y
modifique las asignaciones de los derechos de propiedad para que distribuya los
costes de transacción de tal modo que promuevan el máximo crecimiento y
eficiencia económica. La propiedad no surge de forma natural sino que es el
producto del sistema legal. (Escuela de Chicago)
7) ¿Cuál es el origen del
interés? ¿Debería ser regulado?
Los pagos de interés compensan a
los inversores por su pérdida de liquidez cuando ellos entregan dinero a
proyectos empresariales o lo prestan por un determinado periodo; el tipo de
interés es el precio de la liquidez. El tipo de interés es un fenómeno
monetario, no un fenómeno “real” (como pensaban los economistas clásicos). La
economía moderna reconoce la función que desempeñan las expectativas o lo que
podría denominarse la “confianza en el futuro”. Por ejemplo, si el tipo de
interés sube del 5% al 10%, esto no significa que la gente se haya orientado
más hacia el consumo presente, podría simplemente reflejar una mayor ansiedad
por la economía. La manipulación por parte del Estado del tipo de interés es
ciertamente una de las diversas herramientas necesarias para suavizar las
fluctuaciones económicas, pero por sí misma es relativamente impotente. Si todo
el mundo teme una recesión, los empleadores no contratarán más trabajadores o
no construirán más fábricas, por mucho que se baje el tipo de interés. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)
Los pagos de interés son una
retribución al capital y el tipo de interés en equilibrio se iguala al producto
marginal del capital. La situación es perfectamente análoga a la del trabajo,
donde los salarios se igualan al producto marginal del trabajo. Hay varias
recetas tecnológicas que ofrecen producción para varias fechas futuras, y los
consumidores tienen preferencias acerca del consumo para varias fechas futuras.
En el margen, se preferirá el consumo presente al consumo futuro y una unidad
adicional de capital invertido producirá un incremento en la producción
(disponible en el futuro) que hará que los consumidores se muestren
indiferentes entre consumir ahora o esperar una unidad adicional de tiempo y
consumir la mayor producción que la productividad del capital habrá hecho
posible. El gobierno no debería tocar los tipos de interés por las mismas
razones por las que no debería tocar los salarios. (Escuela de Chicago)
El interés es sólo un eufemismo
para referirse a los beneficios; un capitalista percibe intereses cuando gasta
menos en salarios y materias primas de lo que gana por vender el producto
final. Este valor añadido surge de los trabajadores explotados contratados por
el capitalista. Bajo el sistema de salarios, los trabajadores cobran el mínimo
para asegurar su subsistencia, aunque el producto total de su trabajo excede en
mucho la compensación que reciben de su empleador. En este sentido, el sistema
de salarios no es distinto a la esclavitud tradicional, donde el esclavista
retiene el producto del trabajo de sus esclavos y de este fondo sólo les “paga”
lo suficiente para asegurarse de que sobrevivan. Obviamente, el interés es un
rasgo bárbaro de las sociedades capitalistas, y desaparecerá una vez que el
sistema de salarios sea abolido. (Socialista)
El pago de interés refleja el
mayor valor de los bienes presentes frente al de los bienes futuros. Si todo lo
demás permanece igual, todo el mundo prefiere consumir antes que después. El
precio actual de un ordenador puede ser de 1000 € pero el precio por un
ordenador que será entregado dentro de un año será inferior, digamos 900 €. Un
empresario puede invertir 900 € en trabajo y materias primas para vender el
producto el próximo año por 1000 €; su retribución implícita de interés se debe
al hecho de que los factores de producción representan “demandas” sobre bienes
de consumo futuros, y por lo tanto, su precio actual (900 €) es menor que el
precio último de venta (1000 €). Obviamente, el gobierno no necesita intervenir
en el tipo de interés del mercado ya que meramente refleja la prima subjetiva
que los individuos estiman para un bien presente sobre un bien futuro. (Escuela
Austriaca)
8) ¿Cuál es el impacto
económico del ahorro?
En épocas normales, el ahorro no
es económicamente dañino pero en entornos de recesión puede llevar a la
economía a una espiral descendente. El ahorro reduce el gasto de los
consumidores y puede que no se traduzca en gasto de inversión debido al
pesimismo de los inversores. Esto reducirá la demanda total en la economía y
llevará al desempleo. Una forma de corregir esto es expandir la oferta
monetaria para mantener los tipos de interés bajos. Esto dará apoyo a la
inversión privada y estimulará el gasto total en la economía. Los responsables
de las políticas monetaria y fiscal necesitan desincentivar la acumulación de
dinero e incentivar el gasto corriente. En lo referente al ahorro a lo largo
del ciclo de vida, necesitamos una red de seguridad para las personas de mayor
edad. (Escuelas keynesiana / neoclásica / historicista)
La vasta acumulación de riqueza
en clases y familias selectas crea una oligarquía económica que margina a los
que no pueden ganarse su puesto en el sistema económico. Los impuestos de
sucesiones y los impuestos sobre dividendos son esenciales para una sociedad
que valora la igualdad. Después de todo, las rentas de las vastas cuentas
bancarias realmente son riquezas que no se han ganado trabajando. Ninguna
sociedad puede tolerar que algunas personas vivan del interés mientras otros viven
de nómina a nómina a base de las paupérrimas cantidades de los salarios
mínimos. (Socialista)
El ahorro (que significa posponer
el consumo actual) es esencial para la formación del capital, pero no hay
ningún ratio entre consumo y ahorro socialmente óptimo que debiera predominar
en la sociedad. Todo depende del nivel social de preferencia temporal, esto es,
hasta qué punto las personas prefieren bienes presentes antes que bienes
futuros. Los individuos pueden elegir consumir en vez de invertir o viceversa.
La intervención del Estado puede sesgar estas elecciones, subsidiando o
gravando el ahorro o el consumo o ambos. Para tener una combinación que refleje
las elecciones más económicas, el gobierno no debería tener ninguna política
respecto al ahorro, incluso en el caso del ahorro para las personas mayores. (Escuela
Austriaca)
No hay inversión ni hay, por
tanto, crecimiento económico, sin ahorro. Por esta razón, el incentivo a
ahorrar debería ser una prioridad económica. El principal motivo por el que la
política de estabilidad monetaria debería estar en manos de un banco central es
que la inflación desincentiva el ahorro. Estudios empíricos muestran que el
ahorro tiene lugar a lo largo del ciclo de vida de los individuos. Pueden darse
errores de cálculo, lo que explica que el gobierno pueda necesitar incentivar
los fondos de pensiones privados, un sistema que es más eficiente que la
Seguridad Social porque ofrece mayores rendimientos. (Escuela de Chicago)
9) ¿Cual es el origen del
valor económico?
Los objetos físicos tales como un
plátano o un automóvil no poseen valor económico intrínseco. Al contrario, sólo
la mente humana puede atribuir valor a tales elementos, y sólo entonces los
economistas clasifican esos bienes. Un objeto es valioso sólo porque hay al
menos un ser humano que cree que este objeto puede ayudar a satisfacer sus
deseos subjetivos. Por ejemplo, incluso si una determinada raíz cura el cáncer,
si nadie conoce este hecho, la raíz no tiene valor económico y las personas no
comerciarán con ella. En consecuencia, el valor se origina por los deseos
subjetivos de un individuo y su creencia acerca de las propiedades de un
determinado bien. (Escuela Austriaca)
El valor de una mercancía es
igual a la cantidad total de trabajo usada en su construcción. Si una bicicleta
tiene el mismo valor de mercado que, digamos, quinientos huevos, entonces
podemos escribir que 1 bicicleta = 500 huevos. ¿En qué consiste esta igualdad?
Obviamente, la bicicleta no es “igual” a los huevos debido a varias de sus propiedades
físicas. Si examinamos el asunto detenidamente, veremos que lo que tienen ambos
en común es la cantidad de trabajo usado en su construcción. (Socialista)
El valor de un bien se determina
por la interdependencia entre la oferta y la demanda, o lo que podría llamarse
la interacción del coste y la utilidad. A diferencia de algunas escuelas de
pensamiento, que intentan explicar el valor basándose únicamente en la
utilidad, el enfoque correcto es el de Alfred Marshall, que se dio cuenta de
que el valor económico se debe tanto a preferencias subjetivas como a
condiciones tecnológicas objetivas. Para ver esto más claramente, consideremos
que si los costes de producción aumentan para un determinado bien, en el nuevo
equilibrio su precio final deberá ser tanto más elevado. (Escuela de
Chicago)
El valor económico es un asunto
complicado que no puede ser explicado mediante simples formulas. Para entender
porqué la gente en una sociedad en particular valora algunas cosas más que
otras, debemos estudiar su cultura e historia. Por ejemplo, una tribu de indios
americanos puede haber valorado un animal particular como algo sagrado. Los
blancos europeos, por supuesto, no compartían este sistema de valores y, por lo
tanto, hicieron una matanza con estos animales. Lo mismo sucede con cualquier
bien o servicio en el mercado. (Escuelas keynesiana / neoclásica /
historicista)
10) ¿Qué es el dinero? ¿Cuál
es su origen?
El dinero puede surgir del
trueque, pero los intereses privados probablemente no lo desarrollarán hasta satisfacer
las necesidades de una economía moderna. Necesitamos bancos centrales para
sostener al sector financiero. Los intentos para manipular la economía usando
la oferta monetaria fracasarán en el mejor de los casos y causarán graves
problemas en el peor. Las autoridades monetarias no deberían incrementar la
oferta monetaria a su discreción. Deberían aumentarla a buen ritmo, a la par
con el nivel de crecimiento a largo plazo de la economía. (Escuela de
Chicago)
El dinero es un vehículo para la
explotación que distorsiona los valores reales. El dinero no es ni necesario ni
deseable, sino un artilugio artificial de la historia. El progreso social
llevará a cambios sociales revolucionarios, que incluirán la eliminación del
dinero. Esto acabará con la explotación y redundará en una sociedad dedicada a
satisfacer valores reales en vez de beneficios financieros privados. (Socialista)
El dinero siempre surge del
trueque. Las dificultades de encontrar socios de negocios en el sistema de
trueque lleva a la aparición de bienes dinero. Bienes durables, transportables
y divisibles como el oro y la plata suelen acabar por imponerse como los
mejores dineros. El dinero y las instituciones con él relacionadas aparecen
como consecuencia no intencionada del comercio interesado. La evolución de
tales instituciones va mejor cuando se deja en manos de las fuerzas
competitivas del mercado, que las crearon en primer lugar; puesto que la
intervención del gobierno causará inflación y otras distorsiones. (Escuela
Austriaca)
El dinero es una criatura del
Estado. Unas instituciones monetarias fiables requieren planificación y un
banco central. Los bancos centrales pueden también estabilizar los mercados.
Los jefes de los bancos centrales pueden contrarrestar las fases de crecimiento
y recesión del sector privado a base de expandir la oferta monetaria durante
las recesiones y frenarla durante las épocas de crecimiento. El control público
de la institución monetaria es clave para controlar la economía. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)
11) ¿Quién y cómo debería
regular los productos de consumo?
Los estudios empíricos indican
que las preferencias de los consumidores no cambian mucho en respuesta a cosas
tales como la publicidad. Los consumidores reaccionan racionalmente ante la
información referente a los productos así que la seguridad del consumidor no
reviste gravedad. Las regulaciones públicas sobre seguridad pueden tener
efectos perversos que aumenten el daño a los consumidores pero el gobierno
puede desempeñar una función positiva en la provisión de mejor información para
los consumidores, asegurándose de que los minoristas y otros digan toda la
verdad y nada más que la verdad. (Escuela de Chicago)
Los productos de consumo se
desarrollan mediante la experimentación. Las preferencias de los consumidores
también cambian y se desarrollan gradualmente a lo largo del tiempo. Para
satisfacerlas, es necesario el criterio empresarial. A parte de unas pocas
demandas innatas referidas al hambre y a la temperatura, las preferencias de
los consumidores son el resultado de la interacción entre muchos individuos.
Gastando dinero, cada consumidor regula los bienes de consumo que consume. No
hay ningún sustituto bueno para el proceso de mercado en lo referente al
desarrollo y diseminación de los bienes de consumo. (Escuela Austriaca)
El capitalismo conlleva una
industria cultural que fabrica falsas preferencias. Las personas pueden pensar
que la moderna cultura del consumo es la que mejor les satisface pero esto no
es cierto. Los negocios se enriquecen mediante la competencia derrochadora
entre los consumidores por conseguir un status social y la creación de
preferencias por bienes que en realidad nadie necesita. El capitalismo aliena a
los consumidores de sí mismos, mientras las empresas les explotan para
beneficiarse. Una adecuada regulación de los bienes de consumo requiere cambios
revolucionarios en la sociedad. (Socialista)
Las empresas despistan y
manipulan a los consumidores con publicidad y otros instrumentos de marketing
atrayéndolos hacia algunos productos y hacia otros no, creando un sentido
artificial de necesidad y provocando el derroche. Esto puede provocar serios
daños a los consumidores o, al menos, precios excesivos. Los productos
defectuosos, o peligrosos, y las modas son serios problemas que el gobierno
puede y debe corregir. Hay otros productos meritorios que los consumidores no
valoran suficientemente y deberían, por lo tanto, recibir subsidios públicos. (Escuelas
keynesiana / neoclásica / historicista)
JIV
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