Siento mucho, estimados lectores,
la dejadez del blog, pero motivos personales me han obligado a ello.
Sin más preámbulos continuemos
diseccionando el desastroso panorama nacional. Lo curioso es que muchos de los
problemas por los que atraviesa este país, podrían ser resueltos fácilmente
utilizando el sentido común (que como dice el refranero popular, es el menos
común de los sentidos).
Por ejemplo. Tantos ríos de tinta
que está provocando el órdago nacionalista de Arturo Mas, con el famoso
referéndum, y un largo etcétera (que ya tuvo su análisis histórico en este
humilde blog).
Pues bien, la solución es bien
sencilla. Examinemos la posibilidad legal (que es lo que importa) sobre el
refrendo. Viene regulado en el articulo 92 de la Constitución, el cual, textualmente
señala lo siguiente: “Las decisiones políticas de especial trascendencia
podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. El
referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del
Presidente del Gobierno, previamente autorizada por el Congreso de los
Diputados. Una ley orgánica regulará las condiciones y el procedimiento de
las distintas modalidades de referéndum previstas en esta Constitución”.
Esta ley orgánica es la Ley
Orgánica 2/1980 sobre la regulación del referéndum. En su articulado regula
detenidamente el referéndum. ¿Y de quien es la competencia? Pues el artículo 2
lo deja claro y cristalino: “La autorización para la convocatoria de
consultas populares por vía de referéndum en cualquiera de sus modalidades, es competencia
exclusiva del Estado. La autorización será acordada por el Gobierno,
a propuesta de su Presidente, salvo en el caso en que esté reservada por la
Constitución al Congreso de los Diputados. Corresponde al Rey convocar a
referéndum, mediante Real Decreto acordado en Consejo de Ministros y refrendado
por su Presidente”.
Más claro agua estimados
lectores. Un referéndum no puede ser convocado ni autorizado por un parlamento
autonómico. Lo dice la constitución y la citada Ley Orgánica. Todo lo contrario
es ilegal e inconstitucional y susceptible de castigo (especialmente cuando el
propio referéndum atenta contra la constitución). Hay que recordar que los
poderes públicos (y entre ellos la Generalidad y el Parlamento de Cataluña)
están sujetos a la Constitución y al ordenamiento jurídico.
No hay discusión posible. La
Generalidad tiene que acatar las leyes y el gobierno de Mas, ni el Parlamento
Catalán pueden convocar el referéndum. Todo lo demás es pura paja y humo. Y si
este señor siguiera empeñado en continuar con su farsa habría que recordarle
que el artículo 155 de la constitución señala que “Si una Comunidad
Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes
le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de
España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la
Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por
mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para
obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o
para la protección del mencionado interés general”.
Insisto, más claro agua.
Podría incluso recordar los datos
del referéndum que aprobaron la Carta Magna en las cuatro provincias catalanas,
para recalcar hasta qué punto se quisieron vincular los catalanes a España y a
la Constitución:
Ø
Barcelona. 2.317.888 votaron (de 3.424.682, un
68%), de los cuales 2.095.467 dijeron sí.
Ø
Gerona. 243.167 votaron (de 336.282, un 72%), de
los cuales 218.316 dijeron sí.
Ø
Lérida. 178.195 votaron (de 267.972, un 66%), de
los cuales 162.757 dijeron sí.
Ø
Tarragona. 247.540 votaron (de 369.237, un 67%)
de los cuales 225.330 dijeron sí.
Es decir, un 90% de los catalanes
dijeron si y se vincularon a la misma.
El Gobierno debería de utilizar
sus medios para exigir el cumplimiento de la constitución y legalidad vigentes,
utilizando todos los medios que el Estado de Derecho le brinda, en vez de
utilizar argumentos cobardes y rehuyendo la cuestión.
Pero claro, tenemos un gobierno
de cobardes. Y eso que eran éstos mismos los que decían que Zapatero era el que
rompía España.
Y así nos va.
JIV
1 comentario:
Bienvenido José Ignacio, ya te echaba yo de menos, que alegría, no lo dejes que lo haces superbien.
Publicar un comentario